Tengo un sueño recurrente. Bueno, tengo varios sueños recurrentes, pero en concreto quería hablar de uno. En realidad no se si se trata de un sueño o de un recuerdo que se me presenta en un estado de duermevela. Es una escena tan cotidiana que bien podría ser un recuerdo: mi abuelo me lleva de su mano por el barrio donde vivíamos (la Pau) y esta amaneciendo. Es uno de esos días tan mediterráneos donde amanece un cielo ligeramente nublado, aunque es primavera y sabes que va a ser un día soleado. La luz tiene ese color anaranjado que contrasta contra el gris. En el sueño ese color anaranjado es más prominente, como si viese la escena a través de un cristal tintado de ese color. El barrio es ligeramente diferente a como es ahora, no solo porque lo arreglaron en la Barcelona pre olímpica, sino a que en el sueño no recuerdo como están situadas las calles tal como son realmente, ya que las debo mezclar con otros recuerdos de infancia. Es una escena inmóvil, pero para mí tiene el poder conmovedor de los placeres sencillos: ir de la mano de tu abuelo en un día que nace.
El sueño tiene sonido, sonido de la calle, música de tiovivo y de silbato de afilador. Quizá este/estaba puesto una atracción de caballitos en la feria que ponían en la plaza del barrio cuando eran las pertinentes fiestas del lugar. Quizá para una feria la canción más apropiada sea "Je n'en connais pas la fin" de Edith Piaf, pero a mí me recuerda a otro ilustre francés, Achilles Debussy, en concreto a su pieza "Le prélude à l'après-midi d'un faune". Esa encantadora melodía de flauta siempre me ha recordado a la inconfundible melodía del de afilador tocada a menor velocidad y en un tono más lirico.
El sueño tiene sonido, sonido de la calle, música de tiovivo y de silbato de afilador. Quizá este/estaba puesto una atracción de caballitos en la feria que ponían en la plaza del barrio cuando eran las pertinentes fiestas del lugar. Quizá para una feria la canción más apropiada sea "Je n'en connais pas la fin" de Edith Piaf, pero a mí me recuerda a otro ilustre francés, Achilles Debussy, en concreto a su pieza "Le prélude à l'après-midi d'un faune". Esa encantadora melodía de flauta siempre me ha recordado a la inconfundible melodía del de afilador tocada a menor velocidad y en un tono más lirico.
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