domingo, 7 de septiembre de 2008

Michael Nesmith "Tantamount To Treason"


!No escucheis este disco!

Tiene como grave contraindicación, tal como me ha pasado a mí, que pienses que la adulación general al "Sweetheart of the rodeo" y la carrera de Parsons, está más inducida por su disipada vida, sus amistades con la aristocracia del rock y la necesidad de colocar ídolos caídos para alimentar los pedestales rockeros, que por su talento. O que The Band, por mucha coba que les diese Dylan, no son más que una banda de bar con un pelín más de calidad que el resto.
Pero si buscas un visionario, un tío que navegase por aguas intransitadas, Michael Nesmith es tu hombre (Gene Clark podría ser otro). El ex Monkees, tenía planeado grabar una ambiciosa trilogía de dobles álbumes, con la que ilustrar el pasado, presente y futuro del Country & Western. Proyecto que acabó en cuanto David Geffen entró en el despacho que antes correspondía a Jack Holzman.

Geffen cancela el tríptico, quedando el proyecto reducido a dos elepés sencillos, de los cuales "Tantamount to treason" es el segundo y contiene los restos del elepé futurista: una cara con canciones propias y otra con versiones.En el disco hay espacio para abrir con una pieza que es como si T. Rex se pusieran a hacer hard honky tonk tabernario como "Mama Rocker", números lentos tan conseguidos como "Lazy lady" o "Wax minute", este último con unas guitarras en bucle que parecen salidas de un disco de My Bloody Valentine pero sin tanta saturación; un tape collage sonoro como es "Highway 99 with melange" (con relinchos de caballo, ¿un disco retro futurista conceptual sobre la vida en la pradera?); toques de jazz, moogs recorriendo todo el disco (recordando al uso que se le da a este instrumento en el "The blue marble" de Sagittarius), efectos industriales, steel guitars cósmicas, dixie, etc...Incluye incluso una barbaridad de canción mantra como es "You are my one", que me recuerda en intención, en fondo más que en forma, a "I never asked to be your mountain" de Tim Buckley. Al sencillo mantra que conforman las palabras del título, repetidas una y otra vez, se van añadiendo olas de sonidos, meciendo la voz de Nesmith, a veces de forma atemperada y otras desasosegadamente.

Hay que reconocer, asímismo, el talento como productor de Nesmith, eligiendo instrumentos poco habituales en el género y usándolos de manera poco usual: esas campanas que dan un toque morriconiano a "Bonaparte's retreat" o el clavecín que asoma en esa misma canción; esas cascadas de guitarras que le dan un toque futurista al asunto, aunque curiosamente, el disco también es absolutamente moderno porque concilia todos estos elementos con canciones que suenan incluso, de alguna manera, más tradicionales que las de Parsons y similares.Y aunque suenen teclados, no hay ninguna desgracia proto AOR como la que perpetraron The Band con el "I shall be released" de Dylan.Tambien Nesmith es un intérprete más dotado que Parsons o cualquiera de los Band singers. El tembloroso vibrato de Parsons consigue grandes resultados en "She" o las "Hot Burrito", pero a veces se echa en falta una voz que mantenga el tono.

Es el DISCO que tendrían que haber grabado los Byrds tras el "Notorius Byrd Brothers", a colocar entre éste y el "White light" de Gene Clark.

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