jueves, 4 de septiembre de 2008

Colin Blunstone "One year"


Quizá estimulado por el éxito de su regreso discográfico, incluso escondido bajo el seudónimo de Neil MacArthur, tras la disolución de los Zombies, con una versión remodelada por un cuarteto de cuerda de su antiguo éxito al frente de este grupo, “She´s not there”, decidió, espoleado por su ingreso en listas, para su disco de debut, partir de presupuestos similares.

Aunque ya había registrado unas sesiones con los componentes de Argent, el grupo que formó su antiguo compañero en el grupo británico, Rod Argent. De todas formas, ese enfoque orquestal tampoco estaba muy alejado del último álbum editado por los Zombies, la obra maestra “Oddissey & Oracle”. Finalmente, el disco de debut de Blunstone congeniaba esas sesiones con los Argent y un profuso uso de cuerdas, similar al corte clásico (y victoriano) de “Oddissey”, pero menos barroco y denso. Un sonido catedralicio y a la par, intimista.Contiene el álbum tres piezas que inicialmente fueron escritas por Rod Argent y Chris White (otro de los Zombies) para el tercer álbum de los Zombies, el jamás editado como tal, “R.I.P.” (doce canciones de este álbum, pueden oírse en la indispensable caja que recoge la totalidad del grupo, “Zombie´s heaven”).

Una de estas piezas, “She loves the way they love her”, cual gominola de irresistible adicción, abre el disco. Le sigue la que es la mejor versión jamás grabada del cantautor Tim Hardin (incluso teniendo en cuenta el magnifico trabajo que hizo Scott Walter con alguna composición de Hardin), “Misty roses”. Comienza delicada, con el suave tañir de una guitarra acústica con ligeros efluvios de Joao Gilberto, acompañando la dotadísima, casi sobrenatural en la belleza de su timbre, voz de Blunstone. Dotando con su preciosista interpretación de un mayor cromatismo, al contrastar con lo dramático de la letra que desgrana ("You look to me like misty roses, too soft to touch but too lovely... to leave alone"). La placidez con que canta, resignándose ante la irremediable fatalidad que anticipa la letra. El interludio instrumental, con esos violines buscando fisuras donde colarse en el silencio, cristaliza, sin necesidad de palabra alguna, esa sensación angustiosa y plácida, de lo terrible de la belleza efímera. De un inicio de bossa nova a unas cuerdas schubertianas. Casi nada.

Una pieza de calado similar, pero aún mas etérea, es “Smokey day”, otra de las canciones que iban a ser incluidas en “R.I.P. ”. Tiene momentos de gran belleza plástica gracias al soberbio uso de las cuerdas que saben acompañar y dotar de mas matices cada flexión de la voz.

Continúan el álbum dos canciones escritas por el propio Blunstone, notables, pero algo deslucidas por la calidad del material que antecede a ellas. Y en un detalle que demuestra la buena secuenciación del álbum, tras cuatro canciones de corte intimista, se sucede “Mary won´t you warm my bed”, la pieza mas rítmica del disco junto al inicio, con arreglos de cuerda de Tony Visconti (famoso por sus producciones a Bolan y Bowie), que contrastan con el uso de estas en el resto del disco: si en las demás canciones son utilizadas como soporte principal de la melodía o/y creando atmósferas, bien sean oníricas como en “Smokey day”, bien sean de corte introspectivo como en “Thought you are far away", Visconti simplemente se sirve de ellas como empuje rítmico.

Her song” es otro de los mejores momentos del disco y la última de las tres canciones que llevan la firma Argent/White, con la magia de las mejores piezas del “Odissey”.

Para ir terminando, dos canciones más de Blunstone: “I can´t live without you” bastante trágica y lastimera, con Colin sacando chispas de su registro mas agudo y “Let me come closer to you”, de lo mejor del disco y la mejor que ha escrito el autor, cantando con resignación sobre la pérdida amorosa, con un rutilante y pausado Blunstone y beneficiada de unos preciosos arreglos de tubas y corno francés, cuyos graves sonidos consiguen dar aun mayor sensación de calma.

Y para finalizar, una maravilla, “Say you don´t mind” de Denny Laine (ex miembro de los Moody Blues y futuro Wing). Aunque es también básicamente una canción con cuerdas, posee una melodía más luminosa y alegre que las anteriores. Colin da una lección de cómo mantener la tensión interpretativa, comenzando tenue, casi susurrando, pero alegre, atropellando y adelantando a la melodía que marcan los violines, para causar mayor anhelo, una suerte de resolución del clímax que va creando y que el oyente espera que acontezca y que finalmente tiene la forma de un falsete espectacular con el que Blunstone finaliza la canción y el disco

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