lunes, 29 de septiembre de 2008

Bruce Springsteen "The Wild, The Innocent & The E Street Shuffle" (1973)


Si alguien me pidiese elegir mi disco favorito de Springsteen, dudaría mucho entre este que nos ocupa, su segundo disco y el tercero, "Born to run" (1975). Este último es más perfecto, todas las canciones son clásicos y se escucha mejor del tirón, pero el segundo álbum tiene la mayor diversidad sonora de su carrera.

"The E street shuffle" tiene una melodía ligeramente similar a la del "Dancing on the street" de Martha & The Vandellas (o quiza "The monkey time" compuesta por Curtis Mayfield para Major Lance; estas dos canciones tienen un ritmo y una melodia muy parecidas, Laura Nyro las unio en un medley para su fantastico "Gonna take a miracle"(1971)) y se inicia con una fanfarria de trompetas que dan paso a un piano eléctrico que llena de funk la canción. En esta canción se aprecian influencias del disco de Tim Buckley, "Greetings From L.A." (1972) al que Bruce homenajeo desde el titulo de su álbum debut ("Greetings From Ashbury Park" (1973): el piano, el ritmo funk, las congas, el contenido sexual y esa coda final con un ritmo entre latino y negro. Solo teneis que comparar esa coda final con la de "Get on top" del citado disco de Buckley.

A pesar del título, la E Street Band aun no estaba compuesta. Quizá los músicos que formaron el más famoso grupo de acompañamiento (junto a los Heartbreakers de Tom Petty) de los últimos setenta, fueran más apropiados para el enfoque mas rockero que tomaría Springsteen posteriormente, pero estos que le acompañan aquí son más apropiados para esta música de ritmos más complejos. Así que se merecen ser nombrados: el batería Vini Lopez, el bajista Garry Talent, el más conocido Clarence Clemons al saxo (aquí su instrumento es más apropiado que en otros discos con Bruce) y los magníficos pianos de Danny Federeci y David Sancious. La única guitarra que suena es la que toca el propio Springsteen y curiosamente, tiene una presencia muy discreta en todo el disco.

Rebajado a veces como un mero epígono de Bob Dylan, más bien debido a que el músico italoamericano ocupo en la década de los ochenta el papel que Dylan tuvo en los sesenta en la sociedad americana, "4th of July, Ashbury Park (Sandy)" me recuerda mucho más a un Tom Waits que a Dylan. Me gusta mucho el trabajo del piano eléctrico en esta canción de Sancious y el acordeón tocado por Federeci le da un cálido sabor portuario, aunque quizá sea la pieza más floja del disco. Lo mismo me sucede con "Incident on 57th street" me gustan mucho los pequeños detalles, la habilidad para colorear los fondos sonoros de Vini, el magnífico riff de bajo de Gallent y el insistente motivo de piano eléctrico, pero también la canción en si me parece muchísimo mas conseguida que "4th of July". Canciones como "4th of July", "Incident on 57th street" o "Wild Billy´s circus story", tienen a mi parecer (aparte de influencias del citado Waits) más del Van Morrison de "Cypruss avenue" o "Madame George", de ese tipo de canciones-retrato del irlandes, que del omnipresente Dylan. Lo de Waits puede ser mas bien que ambos usan un cierto ambiente cinematico, más que una influencia directa, ya que la trilogia de Waits a la que me recuerdan estas canciones, se edito posteriormente -la formada por "Small change" (1976), "Foreign Affairs" (1977) y "Blue Valentine" (1979)-

Más sabor latino en "Kitty´s back" la canción que Phil Lynnot plagiaria en su "The boys are back in town". Es la cancion con mas presencia guitarrera, con esa introduccion de Bruce, para tomar un ritmo mas calido con el piano electrico de Sancious. El duelo entre guitarra y saxo esta muy bien resuelto. Una de las mejores canciones de la carrera de Springsteen. "Wild Billy´s circus story" es otra cancion bajo la influencia de Tom Waits (esa tuba y el acordeon del inicio). Los instrumentos en esta cancion parecen ser una suerte de sonido verite que tratan de acompañar sonoramente la narracion de Springsteen, mas que tocar unos motivos musicales estructurados. Esto tambien le acerca a Waits. Hay muchos bonitos detalles en la cancion, esa preciosa guitarra acustica tras el ritmo a lo Gene Kupra de Lopez (cuando Bruce canta eso de "And the ringmaster gets the crowd to count along: 95, 96, 97") o el lirico solo de clarinete que le precede. Una de las canciones menos valoradas del musico. Una de las canciones menos valoradas del músico. "Rosalita" es tan divertida y buena como "Kity´s back", aunque el sabor latino de "Rosalita" es fronterizo (mexicano).

Al primer aficionado al que le vi relacionar "New York city serenade" con Gershwin fue a mi colaborador (y amigo, ojo) Aliaz. Lo había leído antes, en una reseña de un crítico, pero sé a ciencia cierta (por edad) que el pequeño Aliaz lo había deducido por sí solo. El piano del principio es muy elocuente en ese sentido, parece escapado de "Rhapsody in blue" (o del inicio de "Piano concerto num. 1" de Tchaikowsky). Es esta quizá la pieza más compleja que ha escrito jamás Springsteen (!y la única con acompañamiento orquestal!) junto a "Born to run", pero esta mas bien debido a lo compleja de la producción y los detalles sonoros. Es decir, tiene "mas sonidos", un muro de sonido mitad Spector mitad Roy Wood, pero "New York city serenade" es su "Good vibrations" o su "The end", una suite construida a partir de varias canciones unidas. Tras ese épico inicio de piano, toma un caracter mas intimo, más de jazz (como Gershwin, combinando musica clasica con jazz), creciendo hasta un crescendo ribeteado por secciones de cuerda. Bruce canta aquí muy contenido, como un Lou Reed rural (alternado con momentos poseídos por la poderosa mística arcana de Van Morrison), hasta que entra esa parte gospel de "She won´t take the train" con coros y palmadas, que contrasta con la densidad sonora que vendrá antes y después.

Es un disco aconsejado para los que piensan que Bruce Springsteen siempre ha repetido el mismo sonido y le han despreciado por esto. Si es cierto que en los últimos ochenta creó un estereotipo bastante cargante y su masiva presencia en los medios llego a ser cansina, pero aquí no hay nada de eso. La riqueza de los arreglos del disco añade mucho encanto a sus melodías, buenas, pero algo convencionales, de hecho Springsteen compone mejores ritmos que melodías. Estas, máxime en los tempos lentos, si no están aderezadas por un ritmo vibrante, son muy monótonas. Posteriormente, esta deficiencia se incrementaría progresivamente según vaya dejando atrás todo indicio de sutilidad para convertirse en un rockero monolítico. Son solo siete canciones, pero seis de ellas son impresionantes.

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