jueves, 11 de septiembre de 2008

Armando Trovaijoli "Vedo Nudo"



Otro compositor de bandas sonoras italiano. Quiza su trabajo mas famoso, o al menos, el que pertenece a una pelicula mas popular, es el score para "Matrimonio a la italiana". Film protagonizado por una de las mujeres mas bellas del cine, Sofia Loren. ¿A cuantas generaciones se la ha puesto dura esta mujer?

Paso a nombrar directamente los cortes mas interesantes que se encuentran en esta banda sonora:

"Diva´s waltz", un instrumental muy tipico del instro rock de los primeros sesenta, cuando este se encontraba circunscrito a la denominada musica
surf.

"Adulterio" es una maravilla. La voz de Edda Dell´Orso se infiltra entre el sonido vibrante de un hammond y unos vientos filtrados entre el organo. Crea un original sentimiento psicodelico, sin necesidad de recargar la instrumentacion.

"Diva´s samba" que podria ser una variacion de la primera cancion mencionada con un ritmo de samba, como indica el titulo.

"Let´s find out" una cancion con tintes entre cabareteros, mitad de un descarnado rhythm & blues. Sobre todo en la version que aparce en los bonus bajo el titulo de "Sexy version".

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Ennio Morricone y Bruno Nicolai "Ok Connery"



Una parodia o version espagueti del agente 007 (con mencion directa a su mejor encarnacion, el gales Sean Connery), con una estupenda banda sonora, creada en comandita por dos de los mayores genios de este genero, que ya habian colaborado en un buen puñado de scores. Normalmente, Morricone componiendo y Nicolai conduciendo la orquesta.

Morricone retoma las sonoridades yeyes y pop de "Danger Diabolik", otro de sus mejores trabajos.

"Man for me" animaria cualquier guateque, aunque especialmente en la version cantada en italiano tambien incluida en la banda sonora. La preciosa voz que interpreta la cancion a lo Shirley Bassey, pertenece a Danieli Bianchi, una habitual de los scores de Morricone, aunque no tanto como Edda Dell´Orso.
"Connery" es una especie de intento de obertura a lo John Barry pero menos conseguido.

"Allegri ragazzi" esta pseudocantada, por que no se si farfullan algo en italiano o se limitan a vocalizar consonantes. Parece de los propios Trashmen.

"Primo amore" es otra pieza de sonoridades ligeramente surf, en esta ocasion de tipo instrumental. Una cancion para mecerse placidamente en las olas del mar. Una deliciosa guitarra tocada en tonos muy bajos, en contraste con la sonoridad aguda de los violines. Creando una suerte de melancolia alegre. Saudade.

"A passo d´uomo" es una tensa pieza muy apropiada para una pelicula de espias, conducida por una repetida linea de contrabajo, a la que se van añadiendo vientos y cambios de ritmo.

"Varco nel muro" tiene un curioso comienzo. La pieza parece que empiece por la mitad con una suerte de fanfarria percusiva.

"Connery" y "Missione segreta" comparten motivo instrumental, pero con distintos desarrollos. Algo redundantes.Asi como "Verso il mare".

"Fiori gialli" es un a pieza de caracter similar a "Allegri ragazzi" pero con unas cuerdas usando el recurso del pizzicato.

"Gli enigmi", "Diapositive" y "Can can delle amazzoni" suponen la entrada de nuevas sonoridades, estas influenciadas por la musica clasica contemporanea. Tanto de los experimentos electroacusticos, como de dodecafonistas como Ligeti. Un tipo de sonidos a los que Morricone sacaba muy buen partido (por ejemplo en toda la banda sonora de "The thing". Una buena muestra esta en los dos volumenes que Mike Patton -Faith No More, Mr. Bungle, recopilo en "Crime & dissonance"). Muy divertido ese inesperado final de can can de la ultima pieza mencionada.

"Connery: congiura" toma un motivo anterior y lo envuelve entre dos influencias muy dispares: unos dramaticos vientos de influencia alemana (la que va de Wagner, pasando por Schoengerg a Herrmann) y unas selvaticas percusiones. Como si quisiera fundir dos mundos contrapuestos.

"Contrabando" es una fabulosa variacion del motivo de "Man for me" con un trabajo percusivo realmente fabuloso. Y una de esas guitarras marca de la casa de Morricone que se funden con el sonido misterioso de unas cuerdas.

"Turbinosamente" es una variacion de la anterior. Mas bien una continuacion.

"Gatto parlante" es una especie de vals puntuado por unos maullidos que provienen de una voz femenina.

Las versiones instrumentales, en italiano y alternativas de "Man for me", mas una suerte de derivaciones de motivos anteriores, llamadas genericamente "Ok Connery" completan este divertido, aunque irregular score.

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Piero Umiliani "La Legge del Gansters"




Conoci esta banda sonora del italiano Piero Umiliani (de la epoca de Morricone, Nicolai y demas grandes del score italianos), por la pieza que lo abre, "Crespusculo sul mare". Que resulta que tambien aparecia en otro film, "Once eleven", a su vez, un remake de la pelicula del Rat Pack, protagonizado, en esta nueva version, por un elenco que comprende a George Clooney, Brad Pitt, Andy Garcia y otros populares actores. Sin ser gran cosa el citado remake, es entretenido y bastante mejor que la original. Todo parece prestado en esta era postmoderna.

La pelicula donde originalmente aparecia "Crepusculo sul mare", es esta "Legge del gangsters", que no he tenido ocasion de ver. Pero poco importa cuando uno empieza a escuchar esta preciosa cancion con aire de tarantela italiana y una orquestacion sublime. La guitarra acustica entona su melancolica pero acelerada melodia, mientras la orquestacion sirve de colchon en determinados momentos, a esta linea melodica y de contrapunto en otros instantes. Una perfecta expresion de la melancolia.

"Genova P.zza de Ferrari dalle 2 alle 7" es una extensa pieza, del tipico jazz apropiado para una pelicula de cine policiaco. La orquesta desaparece para dar paso a la instrumentacion normativa de un pequeño combo de jazz.

"Epilogo" es otra pieza similar a la inicial "Crepusculo sul mare", donde vuelve la orquesta. Es de un caracter mas tenso que "Crespuculo", con una sonoridad cercana a la de Bernard Herrmann en "Vertigo!" (otra fenomenal banda sonora). Hay un gran juego armonico entre vibrafono y arpa bajo el murmullo tenso de las cuerdas. Un organo hammond que aparece de repente, tocado en los registros mas graves del instrumento. Las cuerdas se van a las notas agudas y a un tempo mas rapido. Convirtiendo la algo lugubre melodia en algo exultante.

La pieza que da titulo al film, es otro motivo de jazz. Comienza con un tempo aceleradisimo, con los saxos y las percusiones creando un riff. Tras un par de minutos, se relaja la atmosfera con una lirica flauta. Tras lo cual se toma un tempo medio y toma forma de swing. Lo mejor de esta pieza es el ritmico inicio.

Como va a ser habitual en este score, a un cancion jazz le sigue una orquestal, en este caso de titulo "Episodio". Sobre unos tristones chelos, una guitarra electrica pero de pristina sonoridad, puntea acompañando el tono velado de los chelos. Hasta que entran unos alegres violines en un tempo mas vivaz, acompañados de campanillas y de la mayor presencia de ese hammond que murmuraba al fondo.

"Very fast" es una pieza circunstancial, adecuada para acompañar una persecucion en la gran pantalla. Nada mas aparte de la gran labor de la seccion ritmica y los vientos.

"Alba sul mare" es el contrapunto a "Crepusculo". Donde esta ultima era una pieza mas adecuada para cerrar un disco que para abrirlo (a pesar de su increible belleza), esta es de caracter exultante. Son muy buenas las piezas orquestadas de esta banda sonora.

"Tema dell`addio" es una pieza tristona conducida practicamente por un hammond.

"Lui e lei" una de las dos piezas con participaciones vocales (ojo, no cantadas). Un cancion muy yeye, muy de la epoca. Algo Francis Lai, pero apreciable.

"Epilogo" parte de una variacion de "Tema dell`addio" pero me gusta bastante mas. El juego entre el hammond y el vibrafono es muy bonito.

"Sei ottavi in blues" es un animado y cambiante jazz, usando unas extensiones, que como indica el titulo, no son comunes en esta especie de swing añejo revisitado.

"Apertura in jazz" es una especie de mini sinfonia pero usando los instrumentos de un combo de jazz en lugar de una orquesta sinfonica.

En "Disgelo" aparece de nuevo la orquesta. Un motivo de corte intimista con un conseguido crescendo entre el piano y las cuerdas. Tipico, pero efectivo. El final con esa sonoridad chapoteante del piano, cruzandose con las cuerdas, me encanta.

"Spiagga deserta" y "Sequenze ritmiche" son dos piezas jazz. Una mas atmosferica y la otra es una divertida persecucion ritmica.

"Swing come sempre" es de caracter similar a la pieza anterior, aunque mas formal. Eso si, cuando entran los saxos es espectacular.

"Gangster´s song" es la unica pieza realmente cantada y la segunda en la que participan voces. Una voz femenina trata de ser una Marlene Dietrich de pegolete. Funcional. Lo mejor es el extraño sonido percusivo, como reptante.


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martes, 9 de septiembre de 2008

Silvia Telles "Amor de Gente Moca"


La verdad es que Silvia Telles era una gran desconocida para mi hasta que encontre este disco en un blog. El ver que el disco giraba en torno al cancionero del gran Antonio Carlos Jobim y que entre otras canciones incluida "Dindi" y "A felicidae", me impulso a descargarmelo de inmediato.

Me encanta la instrumentacion de este disco, unas suaves orquestaciones que se combinan en determinados momentos con fragmentos muy desnudos, con la preciosa voz de Silvia en un primerisimo plano. Su voz es parecida a la de Astrud Gilberto, pero tiene un registro mas triste y amplio que esta. Un disco muy variado

Unos delicados rasgueos de arpa dan comienzo a la mejor version que he escuchado de "Dindi". Una de mis favoritas del repertorio de Jobim, desde que la escuche en "Frances Albert Sinatra & Antonio Carlos Jobim", su disco a medias con Sinatra. Mi favorito personal de este ultimo.

Las aguas de este rio adonde iran, no lo se
Toda mi vida espere, espere
Por ti, Dindi
Que eres la cosa mas linda que existe
Tu no existes, Dindi
Deja, Dindi
Que yo te adore, Dindi

"De voce, eu gosto" es otra cancion con esa saudade brasileña, que tan triste y bella resulta a la vez. Cuando su voz sube de tono entre el arpa y un quejido de clarinete, es realmente delicioso.

"Discussao" es una cancion mas liviana, mas alegre. Con una trompeta juguetona, saltando entre las percusiones.

Con "Sem voce" vuelve la tristeza. Hay un instante maravilloso, cuando Silvia, toda languidez ella, canta "Mi amor, mi amor/ Nunca te ausentes de mi/ Para que yo viva en paz/ Para que yo no sufra mas".

"Fotografia" posee una orquestacion maravillosa. Es como escuchar voces de la infancia en el recuerdo. Y en esta ambientacion, el vibrafono, uno de mis instrumentos musicales favoritos, tiene un papel muy importante.

En "Demais" Silvia confiesa que habla de mas y bebe de mas. Canta en un registro muy grave, resignado. Pero otra vez aparece ese juego de sutiles contrastes en los que mejor se desarrolla este estilo musical, Silvia se apasiona mientras canta "Ninguém sabe é que isso acontece porque/ Vou passar toda a vida esquecendo você/ E a razão por que vivo esses dias banais/ É porque ando triste, ando triste demais" sobre un conseguido fondo tejido entre un piano y un vibrafono, para acabar soltando, con mas tristeza aun que al principio: "E é por isso que eu falo demais/ É por isso que eu bebo demais". La inesperada seccion rapida que entra justo cuando la cancion parece acabar, es un detalle de gran preciosismo sonoro. Pura artesania para envolver con la delicadeza necesaria, unas canciones tan excelsas. Ese cambio de ritmo, que he escuchado como recurso (es decir, pasar del balanceo de la bossa a un estallido de ritmo) en otras canciones de bossa nova, me recuerda, al tambien paradigmatico uso de ese recurso en "Vinho sonando" de Marcos Valle (de su album "Samba Demais")

"O que tinga de ser" es una cancion tristona de escasos dos minutos.

"Janelas abertas" describe la soledad de una casa tras la ruptura de una relacion sentimental. En ella Silvia exhibe su registro mas agudo y cristalino.

"A felicidae" es una de esas canciones que mejor definen esa mencionada mezcla de tristeza cantada con alegria y ritmos calientes que es la bossa nova "La tristeza no tiene fin/ La felicidad si". La version de Silvia es una de las mas celebradas de esta cancion.

El efecto de narcotica tristeza se prolonga al continuar el album con "Canta, canta mais". La letra esta basada en el popular refran "Quien canta su mal espanta", el cual es mencionado en la letra.

"Esquando voce" inicia con esa sonoridad tan metalica de piano que encontramos en por ejemplo, el clasico de Johnny Ace, "Pledging my love".

El disco y la bossa en general, puede parecer monocorde y repetitiva al oido poco avezado. Pero es una impresion que se revela como injustamente falsa, cuando uno escucha con atencion discos tan deliciosos como este.

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Raphael "Live at the Talk of the Town"



Hay hombres de barro, hay hombres de bronce, y después hay hombres de oro, con las virtudes conductoras y transmisoras de ese metal: captan la frecuencia de una esfera más alta y la transmiten a los hombres de bronce y de barro.
(Texto robado a Pablo DelaFuzz)

Que Raphael es un grandisimo interprete mas alla de toda coartada kitch, hay que decirlo mas. En este, su primer disco en directo, grabado en un muy popular teatro londinense, se percibe meridianamente. Incluso cantando en ingles con una pronunciacion algo defectuosa, se hace con cualquier cosa que cante. Exprime cada cancion al maximo, sin tomar prisioneros. Para los oyentes excesivamente sublimados por la musica afroamericana e invadidos culturalmente por los anglosajones, decirles que Raphael llega en sus interpretaciones a un paroxismo, que no tiene nada que envidiar a los mejores cantantes de soul.

Entre otros discos grabados en ese escenario, curiosamente, poseo uno de Tom Jones. Un gran admirador de Raphael. Admiracion mutua se profesan estos dos gigantes, pues hace años escuche a Raphael decir que el era una especie de Tom Jones español. Tom Jones llego a invitarle al programa televisivo que presentaba en aquella epoca. Un duo escenico entre estos dos titanes es uno de mis mayores sueños lubricos.

Si sirve de algo para el lector que se siente miserable de su misma nacionalidad, solo decir que otros grandes admiradores de nuestro Raphael eran gente como David Bowie o Scott Walker.

El concierto se inicia con "In Acapulco" de la banda sonora de "El Golfo" que tiene gran presencia en el repertorio del disco y se incluyen cinco canciones mas pertenecientes a esta ("The Hobo", "When my love is around" y "Ave Maria" sendas canciones, como "In Acapulco" de Manuel Alejandro y sus versiones de "Going out my head" y "La bamba").

Ya desde sus primeros compases queda constancia del fenomenal estado vocal del divo. Se come al coro y se come a la orquesta cuando quiere. Nada de crooner ni melifluas interpretaciones vocales, Raphael encara la actuacion con talente torero y español. Yendo a por todas. Hasta el mismo reconoce al final del concierto, que esta cansado. Normal, por que la entrega vocal que luce a lo largo del disco es agotadora.

"When my love is around" que si en lugar de la firma del grandisimo Manuel Alejandro, la hubiera firmado Burt Bacharach, quiza seria reconocida como merece: una sobresaliente cancion de pop que en nada tiene que envidiar a los grandes logros britanicos o americanos, en este terreno. Una cancion que te alegra el dia.



La version de "Going out my head" (apuntaros estas otras; la original de Little Anthony & The Imperials, la de Smokey Robinson al frente de los Miracles, la de los Zombies y la de La Lupe ) es epica. La comienza cantando en ingles, con un tono semi lloroso que me recuerda a Nina Simone. Para el estribillo alza la voz y canta en español "¿Pero, pobre de mi, pero quien soy yo, pensando en ti, quien soy yo...para pensar siempre en ti, dia y noche asi, siempre asi/ Si mis sueños jamas son realidad/ Prefiero soñar con este amor y no despertar". Una tristeza infinita es la impregna el niño de Linares a esta cancion. Muy alejada de otras versiones mas festivas de esta cancion. Cuando suelta ese "Jamas" de los versos anteriores, solo se puede exclamar un "!Ole¡" torero. No solo se trata de tener esa voz privilegiada que posee nuestro paisano, sino saber utilizarla de un modo expresivo. Y Raphael vive cada cancion que canta.

Otro clasico norteamericano, esta vez perteneciente al genero del country, "Ghostriders in the sky", cantando magistralmente por Raphael, aunque hecho de menos sus desesperados "!Y no se detendran!" que cantaba al final de la version de la misma cancion que registro en estudio.

"Ave Maria" llenaria del misterio de la fe hasta corazones tan agnosticos como el de un Nietzsche. Esta cancion la interpreto en su aparicion en el show de Ed Sullivan, comiendose el escenario del presentador estadounidense. La version que aqui se incluye es igual de buena que esa. El efecto dramatico tras ese desgarrador "For my love!", cuando la cancion parece concluir y comienza de nuevo, vaya si es colosal.

Tras darle duramente al ingles, prueba con el frances "Ma vie" y al portugues "Manana de carnaval" (la bellisima bossa nova de Luis Bonfa para la pelicula "Orfeo negro") que dan la oportunidad al cantante de expresar sus registros mens histrionicos, donde se luce tanto como en estos. Sobre todo en la preciosa version que registra de la segunda.

"I believe" es un clasico gospel que ha tenido interpretaciones tremendas como las del mismo Elvis Presley o la de los Righteous Brothers. Sin llegar a esas alturas en esta version, Raphael se defiende mas que dignamente.

La segunda cara se abre con mas aires de bossa nova, "The hobo", una cancion simpatiquisima de Manuel Alejandro, que Raphael borda, mostrando sus registros mas picaros y juglarescos. Atencion al fragmento de scat del final, donde juega con las chicas del coro.

Voces cristalinas que adquieren mas presencia en "Jezabel". Raphael comienza a repetir el nombre femenino que da titulo a la cancion, entre los cantos de sirena de las coristas. La verdad que no conocia esta cancion, que por lo visto fue un exito mundial en 1951 y me ha encantado esta lectura.

Ahora llega el momento del mas bestial tour de force del album. Riete de Ian Gillan en "Child in time" o en el duo con la guitarra de Blackmore al final de "Strange kind of woman". Esto es aun mas grande: Raphael cantando "Balada de la trompeta". Ese sonido herculeo de su voz cuando comienza a alzarse por los registros argentiferos de la trompeta, esta poseido de los mas grandes fantasmas de nuestro pasado imperial.

Le vuelve a dar al frances en una version de "Mi regalo", cancion que Manuel Alejandro le compuso para la banda sonora de "Cuando tu no estas", dirigida por Camus.

Y tras tanto dramatismo, su tremenda version de "La Bamba" popularizada por Ritchie Valens, bastante mejor que la original y encima, con mas influencias latinas que en la version conocida. Esta cancion se une en un popurri con "Hava Naguila", una cancion popular israeli que fue un exito interpretada por Raphael en ese mismo pais. Lo menos memorable del disco, aunque es divertida. Una pena que en su lugar, no se decidiera a incluir, por ejemplo, su mayestatica version de "La noche" de Adamo, que una vez mas, le da cien mil vueltas a la original del italiano.

Este directo es mejor que el mismisimo "Sinatra at the sands" y lo juro por Odin si fuera menester.

NOTA: Como el disco no esta reeditado, incluyo links para su descarga. No os teneis que bajar los tres, es que esta subido en distintas paginas de descarga.

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lunes, 8 de septiembre de 2008

Aerosmith "Get your wings" (1974)


Su primera colaboracion con Jack Douglas (que si mal no recuerdo les produciria hasta "Draw the line" 1977 y ahora el nuevo disco de blues) se salda con mi segundo disco favorito de ellos, tras "Rocks".
Es su album mas experimental, como su debut, muestra algunas facetas del grupo que no tuvieron continuidad en su posterior carrera, junto a otras que marcarian la pauta de estilo del grupo. Se aumenta la paleta de sonidos al incorporar metales, pianos y efectos de sonido. Si su debut era la cara salvaje de Aerosmith, esta es la sofisticada. Empezando por la primera cancion "Same old song & dance" una mezcla entra hard rock y swing (esos metales), que se convirtio en un clasico de sus conciertos. Y hablando de ritmo, uno de los grandes aciertos de la banda, es precisamente continuar con esas sexuales bases ritmicas del blues o del rock 50´s que tenian Cream o Led Zeppelin, insuflandoles un toque funky y callejero. El mejor ejemplo en este disco puede ser "Lord of the tights" una de mis canciones favoritas de ellos. El piano totalmente stoogiano (¿no os recuerda a "I wanna be your dog"?) esta tocado por el mismo Tyler. Y ese final con las guitarras saturadas y Steven aullando es total.

Y con experimentos se abre la siguiente cancion del album "Spaced", otra joya oculta de la discografia de los bostonianos, ya que se abre con una base de sonidos y voces manipulados. Tambien incorpora un piano, esta vez tocado por un musico de sesion. Me gusta mucho el final instrumental con las dos guitarras contestandose entre si, una de ellas afinada como una especie de extraño y atonal sitar y Tyler metiendo esos fantasticos berridos selvaticos por encima de las guitarras.

"Woman of the world", no esta mal pero tampoco es nada excesivamente memorable.

"S.O.S." otro de sus clasicos, esta vez en la linea de los Aerosmith que conoceriamos mas adelante. Muy buena. Ahora viene otra bestialidad "Train kept a rolling", su version del clasico en manos del Johnny Burnette Trio y de los Yarbirds. La primera parte de la cancion muestra su estilo mas funky y los diversos reprises finales su poder hard rockero. De verdad parece que un tren pase al lado de tu casa cuando escuchas la cancion, !que base ritmica! y los solos de Perry tremendos.

"Seasons of wither" su balada mas epica junto a "Dream On" de su primer disco, me la podria imaginar perfectamente interpretada por Mercury o Plant , vocalistas a los que Tyler no tiene (casi) nada que envidiar. La melodia esta muy conseguida y el efecto claroscuro zeppeliano de alternar momentos muy delicados y liricos con picos hard rockeros esta muy bien equilibrado.
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Brian Wilson "Smile"


Pues tras dos años de su edicion, donde el fanatismo me impidio escuchar el resultado de esta remozada version del mas famoso disco fantasma de la historia, por miedo hacia el resultado final, por fin me hice el otro dia con una copia (que estaba en oferta) del ultimo disco de Brian Wilson.

El resultado, pese a toda la campaña propagandistica que apuntaba hacia lo contrario, no es la obra definitiva que hipoteticamente, hubiese sacado en su dia. Evidentemente, con ese ramillete de canciones, que hubieran conformado el disco con mas clasicos de la historia ("Surf´s up", "Good vibrations", "Heroes & Villains", "Cabinessence", "Wonderful", "Wind chimes", "Our prayer"...todo canciones de diez), no puede ser malo. Ahora, el estado vocal de Brian empaña el resultado. Los Wondermints, no se pueden comparar con el Wrecking crew (asi se conocia a los musicos de sesion, de los mas reputados de los USA que colaboraron con Brian). Y las variaciones respecto a los originales son minimas, apuntando las versiones de este "Smile" mucho menos originalidad que algunas tomas piratas que circulan.

"Smile" era/es un puzzle que solo Brian Wilson podria encajar para darle forma final. Pero el Brian en la cima de su talento, no el actual. Mi teoria es que han sido los putos Wondermints los que le han obligado, practicamente forzado, a finalizar el disco. No por cuestiones monetarias, pero si debe ser muy goloso para cualquier musico, participar en la supuesta version definitiva de una obra de tal magnitud. Tambien apunta hacia ese lado lo raudo de su grabacion, cuatro dias (¿como es posible, un alquimista sonoro como Brian, que estuvo meses hasta que dio con la version definitiva de "Good vibrations"). Y un visionado del documental de su grabacion, no hace mas que confirmarle. En ningun momento los musicos tienen la minima deferencia hacia su jefe, es mas, hy momentos en los que fuerzan a continuar pese a que claramente, Brian se encuentra a disgusto. Todos son "villians" en esta historia, exceptuando el protagonista y esa gran persona y musico que es Van Dyke Parks (el unico que se preocupa por su estado, en todo el DVD).

Cuando se empezo a hablar del proyecto, mi esperanza era que se dedicase a reordenar las cintas originales, a completar el puzzle (Brian, para ese disco, grabo montones de pistas con distinta instrumentacion, para crear una suerte de riqueza sonora por capas, que luego deberia solapar para dar con el resultado final). En cuanto al porque de no haberlo sacado en su dia. Creo que Brian lo tenia practicamente finalizado (hay por el youtube unos minutos de la sinfonia de los cuatro elementos que son mucho mas ricas en sonoridades y orquestacion que la definitivamente editada en este disco), pero se echo atras por una razon fundamental: sus trastornos mentales se veian aumentados por lo mal que sus innovaciones musicales eran recibidas por sus compañeros de grupo, compañia y demas bazofia que le rodeaba. Asi que decidio no seguir innovando, sino darle a la gente lo que queria de el.

Eso se puede comprobar, incluso en "Brian Wilson", su primer disco en solitario. Que lamentablemente no tuvo una mas saludable continuidad temporal por culpa del granuja de su psiquiatra. En el muy apreciable disco, a pesar de la produccion ochentera, su genio musical se encuentra casi incolume. Vale, donde antes habia cuerdas, vibrafonos y todo tipo de instrumentos, ahora hay sintetizadores. Pero su peculiar y complejisima manera de hacer interactuar distintas capas de sonido, permanece inalterada. En esa epoca, quiza podria haber retomado el "Smile" y darnos una alegria. Una pena.

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(Es un pirata del "Smile", no la version moderna)

domingo, 7 de septiembre de 2008

Tim Buckley "Starsailor" (1970)


Esto no es disco, esto es un ritual pagano donde Buckley conjura a extraños dioses. Por ello mismo si nos ponemos conspiranoicos, puede que la (sin) razón de que no esté actualmente reeditado se deba a una conjura de judeocristiana encabezada por el miserable Frank Zappa y sus malas semillas (que lo editaron en su sello Straight). Los hijos del botarate de Zappa, al no tener talento alguno, consideran más importante sacar a la luz cualquier mediocridad que grabase su padre, antes que dar salida a este disco (o al menos permitir que otro sello lo saque nuevamente). Es este disco de Tim Buckley uno de los mejores discos de la historia, calificación que no se ajusta a ninguno de los bodrios (y mira que edito) de Frank Zappa; este, un músico de cierto talento, perdido entre innumerables muestras de humor anormal y un cinismo bajo el que escondía cualquier calidad humana que pudiera hacer su música interesante. Así que si escucháis este disco, rogar que algún día se edite y Zeus envié un rayo que fulmine a los miserables hijos de Zappa. Deus ex machina.

"Come here woman" es la pieza que abre este poliédrico disco. Unas sinuosas guitarras se entrelazan entre si, una batería de claro sabor jazzístico, la voz usada como un elemento percusivo mas. Se abre paso un piano eléctrico, instrumento que ya había usado magistralmente en "Lorca" (la canción, que daba título a su anterior elepé). La canción tiene dos partes diferenciadas. Ya que tras un inicio más atmosférico, toma un ritmo de swing abstracto y la voz de Buckley sube hacia los agudos. El Nick Drake de "To the garden", cancion perteneciente a sus grabaciones caseras que se han ido editando en recopilaciones de rarezas, se aproxima a unas sonoridades muy similares. Con algo tambien del "Blue afternoon" (1970) de Tim Buckley y una pizca de Sun Ra.

"I woke up" es una de las canciones más fascinantes que he oído jamas. Es impresionante como condensa toda la musicalidad de una obra tan mayúscula como "In a silent way" (1969) de Miles Davis (considerado por algunos críticos como el primer disco de música ambiental de la historia) en cuatro minutos. En concreto su belleza impresionista me recuerda a una de las tomas de esa suite que da título al álbum de Davis incluidas en la caja de tres Cds que recopila la mayor parte de las sesiones de grabación del disco. Una trompeta con sordina se lamenta sobre un fondo sonoro creado por un sonido oscilante, con arpegios ejecutados muy rápido, de guitarra, asumiendo esta un papel rítmico muy complejo. La trompeta es la suave luz del atardecer, la guitarra es la consciencia despedazada y confusa, con los ecos del sueño turbio desvaneciéndose, que acompaña el despertar. Ecos del Miles Davis eléctrico, pero también de los renovadores franceses modales como Debussy o Ravel.
Now the sun sits on my hand
O where are you ?
Comienza como despertarse mientras amanece en una casa extraña, con el cuerpo recubierto de sudor frio, ¿donde estas? ¿En que rincón de la memoria guardo aun tus recuerdos?, la trompeta aguijonea como una conciencia despedazada, la guitarra en glissando sonando como ecos de una memoria desfragmentada, aun sin tomar forma.
Walking the wind I fly above the shore of the town
To the hills where I can hear
The harbor bells ring slavery
La luz empieza a asomarse por las rendijas de una persiana entreabierta, iluminando una habitación desordenada, con zonas en penumbra. Los instrumentos se desparraman, como la luz, los instrumentos son conjurados por una voz que los ata y domina. Una voz velada, como la mísera claridad que no llega a iluminar la habitación, ni los confines allí donde los recuerdos están más apagados.
Where the fortune teller sighs to me
O I see your woman in the raw
Ride a mare of stone and howl
El día parece comenzar, nos anuncia una triste trompeta, entre confusión y renuncios del ayer. Pero ha de continuar...
I woke up While morning built
The world with light
Campanillas que nos llaman con voces de la infancia. Percusiones como filas de hormigas en procesiones cotidianas, baterías que vienen a barrer como olas nuestras pisadas en la orilla.
Crossing their hearts,
Twelve sailor boys all stood in a ring Round our bed,
And from the grass a dancer rose,
Shivering, Oh the sailors pointing
Out to sea And the dancer diving
Up the sky
'Til we forgot the day
"Monterey" es una suerte de funk rock que avanza la musicalidad de su posterior "Greetings from L.A." (1972). Una de las canciones donde más se luce la voz de Tim, usada como un instrumento más. Sobre una base minimalista de un riff de guitarra, se suceden los balidos de la voz y los sutiles cambios rítmicos."Moulin rouge" sorprende en un disco tan experimental como este. Es una miniatura de dos escasos minutos de duración, bastante naif, pero deliciosa. Una canción juglaresca cantada en francés.
La mayestática "Song to the siren" es la canción más versionada de su autor. Una preciosa canción de amor, de la que he intentado traducir su letra. Más o menos es así:

Navegando en océanos sin naves
Intentando poner mi mejor sonrisa
Hasta que tus ojos y dedos al cantar
Me dibujen en tu isla
Y cantabas
"Navega hacia mí
Navega hacia mí
Déjame envolverte"
Aquí estoy
Aquí estoy
Esperando para abrazarte
¿Soñé que habías soñado sobre mí?
¿Eras tú liebre cuando yo era zorro?
Ahora mi loco bote hace zozobrar
Mi solitario amor en tus arrecifes
Para que cantes: “no me toques, no me toques, vuelve mañana”
Oh mi corazón teme por el sufrimiento.
¿Estoy perplejo como el recién nacido?
¿Confuso como la marea?
¿Debo permanecer en las olas?
¿Debo yacer con la muerte, mi desposada?
Escucha mi canto :
“Nada hacia mí, nada hacia mí, déjame envolverte”
Aquí estoy, aquí estoy, esperando para sostenerte

Una delicada canción con ciertos toques vanguardistas en su concreción: la zumbante guitarra eléctrica que es el único instrumento, aparte de la voz, que suena en la canción y esos increíbles coros del propio Tim Buckley, imitando a la sirena que hechiza al marino de la canción. Con tan escasos elementos, consigue crear un ambiente onírico, donde su voz nos pierde en el interior sus propias mareas (de forma muy disímil a la que consiguió anteriormente en esa preciosa "Love from room 109"). Su voz doliente, conjura versos sobre océanos vacios y amantes aislados, entre destellos cristalinos de guitarra, sonando épico e intimista a la vez. Como llevando a otra dimensión el autismo de las baladas de "Lorca".

"Jungle fire" es una mezcla entre la estructura de "Come here woman" y el funk de "Monterey". Con una letra surrealista que me recuerda a una mezcla entre Federico Garcia Lorca y Apollinaire. Tras lo que podrías considerar la exposición de la canción en sí, entra un riff de guitarra y Buckley comienza a repetir como si fuera un mantra, la frase "Mama lie, I love you like a jungle fire" de todas las formas posibles, hasta metiendo un fraseado en lo que parece swajili.

"Starsailor" es una pieza que puede descolocar a más de un oyente. Como si Brian Wilson, Ligeti y Cathy Barberian se hubieran reunido para componer una canción. La portentosa voz de Buckley, grabada en diferentes pistas, asombra por su variedad de registros (poseía la impresionante amplitud de cinco octavas de registro) en este relato atonal. No hay desarrollo melódico o rítmico, tan solo energía espectral."The healing festival" es una pieza de similar carácter exploratorio. Unas trompetas escapadas del periodo más eléctrico de Miles Davis, impulsan un ritmo africano, un rito estratosférico la voz de Buckley que desgrana una alucinada letra que parece salir de un viaje en acido o un intento de conjurar a los dioses primigenios de Lovecraft:

Black tan brown and white
Repeat the order and we've tried
All the lovely little steps
That hope turn the eyes
And footsteps of you
Friend to lend for once
Behold that healing festival
Complete for an instant

Usando el multipistas, Buckley regraba su voz, en los registros más agudos, dando respuesta a los vientos dislocados, que se decantan por una suerte de free jazz pagano.
Y para cerrar el álbum, la divertida "Down by the borderline" con una trompeta fronteriza escapada de un disco de Love.

El contenido del disco, es un crisol en el que sumerge todo tipo de influencias, desde su cariño por el folk al que dedico sus primeros discos, la influencia de Davis, funk, música cinemática, experimentos psicotónicos (la canción titular, ni la Diamanda Galas oigan, da tanto miedo)… para regurgitarlas de forma aparentemente espontanea, lo menos cerebral posible, pocos discos, como este o el “Astral weeks” (1968) o “Trout mask replica” (1969) dan tamaña sensación de libertad, de que las piezas están siendo creadas según se tocan, de que la música respira y cruza por parajes inhóspitos, por desiertos y tormentas, y nos deja, tras atravesar el disco, en un paraje nuevo, libres de polvo y paja.

Las partituras parece que están todas precedidas por la orden ad liberum en una escucha primeriza, aunque la complejidad de la música da claras muestras de que todo está sumamente elaborado: esa enorme “I woke up” música celestial y narcótica, para todas las mañanas del mundo, cuando los rayos de luz se abren paso por una persiana entreabierta como alfileres luminosos, los trallazos ¿funk rockeros? de “Jungle Fire” o “Monterey”, el encanto naif y afrancesado de “Moulin Rouge”, la impresionante belleza digna de ser comparada con una playa rompiente en el amanecer de “Song to the siren”, la esquizofrenia de “Starsailor” y “The healing festival” (los Radiohead robaron la sección desquiciada de viento para su “The national anthem”), el encanto inocente de “Down by the borderline”… Y sobre todo esa voz, que es la que sirve a modo nexo entre los distintos elementos que se enfrentan en el disco, esa voz mayestática, que actúa como la guitarra de Hendrix o el saxo de Coltrane.

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Bryan MacLean "Ifyoubelievein"


A finales de 1968 Bryan MacLean se encuentra fuera de Love, la banda que había formado junto a Arthur Lee. Los motivos de esta espantada son poco diáfanos, pero apuntan a que Lee estaba celoso de la excesiva influencia que sobre él y sobre su último trabajo conjunto, la obra maestra “Forever changes”, disco equidistante entre Hendrix y Tim Buckley, vertía MacLean.

Hasta entonces, la alianza de creadores había sido beneficiosa, para la música del grupo, en general y para Lee, en particular, pues aparte de tener otro compositor de primera en el grupo, Bryan aportaba su poco habitual bagaje musical: Broadway, música clásica, las formas exóticas con las que había tomado contacto en su etapa de “pipa” de los Byrds y como gran amigo de David Crosby (quien introdujo en los Byrds las formas musicales indias), flamenco, etc. Influencias de las que Arthur Lee tomó nota y supo retomar insufladas de su personalidad (para muestra un botón: el fragmento flamenco de la preciosa “The castle”).

¿Hasta que punto “Forever changes” es obra de MacLean, aunque “únicamente” aportase dos (pero vaya dos) canciones? Es difícil precisar, pero sí podemos afirmar que ese disco muestra un equilibrio perfecto entre ambas personalidades creativas (sin olvidar la personalísima guitarra de Echols). Después de ese disco, aquejado de envidia u otros intereses, quien sabe, Lee quiere llevar a su grupo por otras sendas. Que tuvieron confirmación en el single “Your mind & we belong together/Laughing stock”, sendas creaciones, donde los arreglos cinemáticas de cuerdas y vientos de “Forever changes”, daban paso a latigazos de guitarras eléctricas. Y posteriormente, en el disco (infravalorado) “Four sail” con una formación completamente nueva.

Lo que aquí tenemos, gracias a Sundazed, es una oportunidad de revisar la memoria histórica y hacer justicia: una colección de maquetas de canciones que compuso entre los 17 y los 21 años, que muestran a un compositor muy maduro y con una profundidad increíble para su edad. Tenemos tres de las cuatro canciones que aparecieron en sus tres discos junto a Love: “Orange skies” en una versión donde la exultancia con que la interpretó Lee en “Da capo” es reemplazada por una languidez crepuscular que la convierten en otra canción, igualmente magnifica, de la celebración del amor que resulta por Lee pasa a mostrar las inseguridades que sobre la persona querida, muestra el autor, “Old man” que no pierde nada sin el espectacular arreglo entre Rimsky Korksakov y Haydn, que el propio MacLean propuso en “Forever changes” y por supuesto, la canción mas conocida de Love (y por extensión de MacLean), “Alone again or”. Únicamente no esta “repetida”, la canción que incluyo en el primer disco de Love (homónimo) “Softly to me”.

El resto del material, tristemente inédito durante tantos años, debido a los problemas de drogas, inseguridad y religiosos (se unió a una secta cristiana) de Bryan, debería ser igualmente conocido, o al menos reconocido por el aficionado, que las anteriores canciones. Con una voz, que a pesar de su timbre agudo y tembloroso, transmite una impropia madurez, se mueve entre el primer Tim Buckley (el de su debut homónimo) y Bert Sommer (el del debut en solitario, “The road we travel” del componente de Left Banke y Montage) y cuya música también es similar a estos dos ejemplos, añadiendo el de esa suerte de free folk, que acuñó Van Morrison para su “Astral weeks”. Decía Wilde que precisamente lo que mas esfuerzo en la elaboración requiere es, paradójicamente, dar sensación de espontaneidad y libertad. Estas canciones, como el mencionado disco del irlandés y los discos de Tim Buckley (“Blues singer” de MacLean tiene una improvisación vocal muy en la línea de su “Greetings from L.A.” y alguna otra pieza participa de la atmósfera celtica de “Goodbye & Hello”), parecen surgir de la nada, dan la sensación (falsa) de ser improvisadas sobre la marcha, sin esfuerzo aparente para su autor. También comparten, Morrison y MacLean, un parentesco irlandés, cuyo peculiar carácter (que pasan de ser el alma de la fiesta a una tristeza congénita incluso durante la misma canción) se vierte sobre las canciones.

Una lástima, que para la cara B de “Da Capo”, ocupada por esa horrible “Revelation”, Lee no hubiese echado mano de algunas de estas canciones de su compañero. En ese caso, estaríamos hablando de un disco capaz de competir con el mismísimo “Forever changes”. O que al menos, MacLean, hubiera emprendido una carrera en solitario (en 1970, coincidiendo con su ingreso en el cristianismo, dejó dos proyectos de álbum a medio hacer), talento no le faltaba.

Orange skies
Carnivals and cotton candy and you
And I love you too
You know I do
Nightingale
Prettier than anything in the world
And I love you too
You know I do

La voz empieza tenue y languida, a duermevela, un timbre similar al de Tim Buckley.

You make me happy
Laughing, glad, and full of glee
And you don't have to try, girl
For you it comes so naturally
Right here in my arms

En el estribillo, la voz sube en un registro muy confortable para McLean. Transmite la emocion que siente el al estar con esa chica especial


And if you should love me too

Con solo este sencillo verso, en un tono entre confesional y autista, consigue dar la vuelta al resto de la cancion y revelarlos la tragedia que subyacia tras su contagioso entusiasmo: solo estaba soñando en voz alta.

Michael Nesmith "Tantamount To Treason"


!No escucheis este disco!

Tiene como grave contraindicación, tal como me ha pasado a mí, que pienses que la adulación general al "Sweetheart of the rodeo" y la carrera de Parsons, está más inducida por su disipada vida, sus amistades con la aristocracia del rock y la necesidad de colocar ídolos caídos para alimentar los pedestales rockeros, que por su talento. O que The Band, por mucha coba que les diese Dylan, no son más que una banda de bar con un pelín más de calidad que el resto.
Pero si buscas un visionario, un tío que navegase por aguas intransitadas, Michael Nesmith es tu hombre (Gene Clark podría ser otro). El ex Monkees, tenía planeado grabar una ambiciosa trilogía de dobles álbumes, con la que ilustrar el pasado, presente y futuro del Country & Western. Proyecto que acabó en cuanto David Geffen entró en el despacho que antes correspondía a Jack Holzman.

Geffen cancela el tríptico, quedando el proyecto reducido a dos elepés sencillos, de los cuales "Tantamount to treason" es el segundo y contiene los restos del elepé futurista: una cara con canciones propias y otra con versiones.En el disco hay espacio para abrir con una pieza que es como si T. Rex se pusieran a hacer hard honky tonk tabernario como "Mama Rocker", números lentos tan conseguidos como "Lazy lady" o "Wax minute", este último con unas guitarras en bucle que parecen salidas de un disco de My Bloody Valentine pero sin tanta saturación; un tape collage sonoro como es "Highway 99 with melange" (con relinchos de caballo, ¿un disco retro futurista conceptual sobre la vida en la pradera?); toques de jazz, moogs recorriendo todo el disco (recordando al uso que se le da a este instrumento en el "The blue marble" de Sagittarius), efectos industriales, steel guitars cósmicas, dixie, etc...Incluye incluso una barbaridad de canción mantra como es "You are my one", que me recuerda en intención, en fondo más que en forma, a "I never asked to be your mountain" de Tim Buckley. Al sencillo mantra que conforman las palabras del título, repetidas una y otra vez, se van añadiendo olas de sonidos, meciendo la voz de Nesmith, a veces de forma atemperada y otras desasosegadamente.

Hay que reconocer, asímismo, el talento como productor de Nesmith, eligiendo instrumentos poco habituales en el género y usándolos de manera poco usual: esas campanas que dan un toque morriconiano a "Bonaparte's retreat" o el clavecín que asoma en esa misma canción; esas cascadas de guitarras que le dan un toque futurista al asunto, aunque curiosamente, el disco también es absolutamente moderno porque concilia todos estos elementos con canciones que suenan incluso, de alguna manera, más tradicionales que las de Parsons y similares.Y aunque suenen teclados, no hay ninguna desgracia proto AOR como la que perpetraron The Band con el "I shall be released" de Dylan.Tambien Nesmith es un intérprete más dotado que Parsons o cualquiera de los Band singers. El tembloroso vibrato de Parsons consigue grandes resultados en "She" o las "Hot Burrito", pero a veces se echa en falta una voz que mantenga el tono.

Es el DISCO que tendrían que haber grabado los Byrds tras el "Notorius Byrd Brothers", a colocar entre éste y el "White light" de Gene Clark.

David Bowie "Space Oddity"


Uno de los discos menos valorados del primer Bowie, y a mí me gusta mas que “Hunky Dory” mismamente. Lo que ofrece aquí Bowie, quiza aún sin definir totalmente su estilo, (aunque ya sabemos que Bowie, como Madonna, se ha definido por arramblar y hacer suyo completamente todo lo que ha pillado por el camino... aunque sin estudios de mercado, presumo) es muy parecido a su etapa Deram (la que recoge dicha antología) entre folk de cantautor, sus influencias Brel via Walker y una suerte que no sabria si definir de folk progresivo, y no es por que esté por ahí rondando el mercenario de Wankerman (si, lince, he puesto el apellido mal aposta, es una bromita), al que sólo las colaboraciones con Bowie y Black Sabbath le podrían salvar del infierno al que le tengo condenado (nunca su carrera con los insufribles Yes y menos sus mierdas de discos en solitario).

En todo caso, algo entre ese folk progresivo y las composiciones mas mutantes de Walker, sumadas a las influencias del otro lado del Atlántico (Dylan, Reed). Y, por suerte, el citado pianista es un sumiso obrero que se ciñe al papel que le confieren los excelentes arreglos orquestales de Tony Visconti.

Se abre con la unica canción popularizada de este album, su mega clásico “Space Oddity”, que me sigue impresionando como la primera vez (vaya cuerdas amigo). Continúa con “Unwashed & somewhat slightly dazed” que es una replica al Dylan electrico del “Highway 61 revisited”, la armónica y la forma de cantar le delatan. Después de la cosita esa de medio minuto, llega una miniatura de canción que a mi me encanta “Letter to Hermione”, de la que un Nick Drake se sentiría orgulloso.

Sigue la épica “Cygnet comité”, que quizás se pasa un poco con la duración, pero tiene una armonía preciosa (me gusta esos toques de voz como velada que da de vez en cuando) y un colofón final impresionante.

Janine” es un tema muy curioso, que me cuelguen si en ella Bowie no imita la voz del Elvis de los setentas, de hecho es una canción que me la imagino perfectamente interpretada por el Rey en su etapa decadente (en lo físico, nunca en lo musical, hereje). Una muy buena canción y muy original dentro de la carrera del divo británico.“An ocasional dream” tiene unos curiosos efectos de voz en este intento no mal parado (aunque tampoco exuberante ni especialmente rememorable) de hacer psicodelia pastoral, quizá si no viniese acompañada de tan grandes canciones sería mas apreciable.

Wild eyed boy from freecloud” es la otra pieza magna del lote, en la que mas se aprecia que ha escuchado a fondo los discos de Scott Walker (me la imagino perfectamente en cualquiera de los cuatro primeros discos en solitario de este). Al detenerme a observar el estilo vocal del Duque Blanco veo que su voz me gusta por las mismas razones que la de Roger Waters (junto a Peter Hammill, el gran cantante del rock progresivo-avantgarde o como lo querais llamar...no me hagais reir mentándome a Peter Gabriel, Jon “voz de polilla” Anderson, o cualquier chusquedad de las que sois muy capaces): son ambas voces muy personales, tanto, que no sabes si realmente cantan bien o no, pero que te enganchan por su capacidad de desdoblarse, como si perteneciesen a ventriluocos esquizoides e histéricos. Aquí Visconti se luce dotando a cada inflexión vocal y melódica de un contrapunto orquestal, parongando e incrementando el climax que va creando Bowie con su hechizante canto.

God knows I´m good” es buena, sin matar, ni destaca ni baja el nivel del album. Y “Memory of a free festival” me recuerda tambien, como “Letter to Hermione” a Nick Drake y a Syd Barrett (esta si cabe aun mas, esa forma de cantar tan desvalida es puro Drake, mientras que “Letter” es mas animada) y esa parte anárquico-musical, que parte en dos la canción, no puede salir de otro lugar que del estante de sus discos, en concreto los de la Velvet. Si durase un poco menos sería aun mas memorable, pero sigue siendo una buena canción.

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Agatha Christie "Rosa De Sangre"


-Ofrezcales una idea y todos vendran por ella

-¿Que idea? Gabriel me miro exasperadamente

-Usted siempre entiende las cosas por el lado equivocado, Norreys. !Importa un comino la idea! Puedo tener media docena cuando me de la gana. Solo existen dos cosas que muevan a la gente politicamente. Una es deslizar algo en sus bolsillos. La otra pertenece a esa clase de ideas que suenan como si todo fuera a ponerse en su sitio, una idea noble, pero simple, extremadamente facil de comprender. Es una idea que confiere una maravillosa pasion interior. Al hombre le gusta sentirse un animal noble. No se requiere una idea demasiado practica, ya sabe, solo un tanto humana y que no vaya dirigida a nadie en concreto, con el que te tengas que encontrar personalmente.

Me ha sorprendido muy gratamente esta novela de Agatha Christie, bajo el seudonimo de Mary Westmacott. Seudonimo que utilizo en los ultimos años de su vida en una serie de novelas donde la intriga servia de pretexto a sus disecciones ironicas de las costumbres y moral de la alta burguesia britanica. Dicho asi, puede sonar a inmenso coñazo, pero la vida del vocinglero John Gabriel, cuyo pragmatismo politico he presentado al inicio, es cualquier cosa menos poco divertida.

La historia comienza cuando se persona una enfermera en casa de Hugh Norreys para avisarle de la inminente muerte de un personaje de su pasado, al que hace mas de treinta años que no ve, el inclito John Gabriel que ha manifestado deseos de ver a Norreys antes de fallecer. Tras una reticencia inicial, Norreys accede a visitar al moribundo. Aqui se extiende la trama y la intriga: Gabriel menciona la muerte de una mujer del pasado de ambos. Una mujer que el lector presupone, fue objeto del deseo de ambos hombres. Para que entendamos la implicacion de estas palabras, Hugh, el narrador, comienza a relatar una historia, que como advierte, es suya sola en parte, retrocediendo otros treinta años atras. Un accidente automovilistico en plena vispera de una escapada romantica, deja postrado a Norreys en un silla de ruedas y al cuidado de su hermano pintor y la mujer de este, Teresa, en una zona del pais alejada de la guerra (la obra se situa en 1945, en los ultimos estertores de la II Guerra Mundial) e incluso del tiempo, una zona conservadora, donde no se notan la influencia de las ideas liberales que se han abierto paso en el resto del Gran Bretaña.

Teresa, meramente por no aburrirse en la tranquila vida de esa parte del pais, inicia una campaña politica del bando de los tories. Su cuñado, Norreys, inhabilitado de cualquier otro tipo de actividad, decide distraerse de la misma manera. Ambos tienen un interes mas del orden social que politico en tal campaña. Alli conocen a John Gabriel, comandante distinguido con la Cruz de Hierro por su valentia en la batalla. Feroz arribista politico, tan descarado que no puede dejarnos de caer simpatico, que usa al impedido Norreys a modo de confesor.

Un personaje curioso este Gabriel, pese a tener una tremenda conciencia de clase y unas actitudes liberales, se presenta candidato local de los conservadores. Pretendiendo perder las generales, pues considera que gobernar es cansado, estresante y dificil, pero ganando su escaño en las locales, a fin de instalarse en una comoda oposicion. Esta en la politica para buscarse un trabajo facil y bien remunerado, como confiesa, sin disimulo ni verguenza alguna a Norreys. Para su fin, usara todo tipo de estratagemas, manipulando a los demas con su pragmatisima inteligencia, siempre acertada en estas lides.

La ultima parte de la obra, vuelve al presente, concluye esa intriga que se nos prometio al principio y que no voy a desvelar por si alguien se lee el libro. Solo añadire que durante toda la obra, esta muy bien conseguida la tension. No sabes muy bien de que manera o bajo que forma se presentera lo dramatico, pero en ese entorno "idilico" (solamente como apariencia), fuertemente conservador, donde nadie se atreve a salirse de la mascara que ha implantado la represiva sentimentalmente educacion inglesa y los habitos conservadores, algun suceso horrible tiene que ocurrir. Y que es dificil catalogar al libro bajo alguna catalogacion, ¿intriga? ¿drama? ¿humor? ¿analisis social? tienen un poco de todo. Muy recomendado a aquellos que se sienten hooligans de uno u otro partido politico, o tendencia. Esta diseccion del mundo de la politica, desde dentro, del caradura de Gabriel, cuyas opiniones, quiza algo estramboticas, pero siempre certeras, son de una clarividencia tremenda

Rolling Stones "Exile On Main Street"


O la historia de un retorno y de una revancha. Al igual que en su dia las musicas europeas llevadas al nuevo continente por los colonos americanos, con la inestimable ayuda de los esclavos negros, dieron lugar a todo el cultivo musical yanki. Haciendo el viaje inverso, de Estados Unidos a las ciudades portuarias de Inglaterra, los discos de blues, rock, country y gospel, amamantaron a unos chavales que formarian los Rolling Stones.Que en 1972 dieron un golpe de estado musical. Los colonos podrian haber ganado la Guerra de la Independencia, pero estos britanicos condensaron, con una superioridad absoluta a la de los grupos americanos, las raices musicales de los Estados Unidos. Y lo hicieron en Francia, desde el viejo continente. Aun mas, desde un villorio que habia sido ocupado por los nazis durante la II Guerra Mundial.Despues de haberle dado duro al blues (sobretodo en sus inicios), al rock mas Chucberriano, al soul de la Stax, incluso a la psicodelia (el fallido pero interesante "Their Satanic Majesties Request"), el pop carnavalesco y sofisticado a los Kinks y Beatles ("Between the buttons"), al country (gracias a su contacto con Gram Parsons) y en el anterior disco a este, "Sticky Fingers", darle un entorno a veces pseudo progresivo (las secciones de cuerda de aire oriental de "Moonlight mile", la psicofonica "Sister morphine", los aires santaneros de "Can´t you hear me knocking"), les dio por hacer su disco mas arcaico, que se hunde en las raices del rock & roll. Y tambien, quizas, el mas atemporal. Suena perdido en la noche de los tiempos, tanto puede tener casi 40 años, como 60, como haber sido grabado anteayer.Los topicos sobre este disco basculan sobre su identidad unitaria (que la hay), que podria ejemplificar a un anglosajon el significado de nuestro termino "duende" (que tambien), dado lo espontaneo y caotico de su concepcion: se encerraron en Villa Cointe con solo una cancion escrita ("Sweet Virginia" sobrante del disco anterior), sesiones a altas horas de la madrugada casi nunca con los cinco juntos, cantidad de drogas (Richards salio enganchado a la heroina). En fin, que lo que podria haber sido una catastrofe dado lo anarquico de la metodologia, fue una refinacion final del proceso creativo del grupo, una destilacion a lo bruto del modus operandi que llevaba practicando el grupo desde sus inicios. Asi suena de fresco y de emocionante.

No estoy de acuerdo con ese cliche inamovible que dice que el "Exile" es un disco que hay que escucharlo entero, pero que no tiene canciones relevantes por separado. Mejor si se escucha entero, pero justamente, me parece un disco donde nada sobra y el mas adictivo de su carrera. De hecho, algunas de mis canciones favoritas de ellos, se encuentran en este album. La forma que tiene de engancharte es sustancialmente distinta a la que tiene un disco de pop. Es un lazo mas ritmico, mas entusiasta, que melodico. Es como uno de esos absurdos juegos que inventan los niños, simples y repetitivos, pero que no pueden dejar de realizar. Es una adiccion similar a la de los primeros discos de Little Richard o Chuck Berry, ese ritual de vudu electrificado saliendo de un pantano donde el aire huele a sudor y sexo: a excitacion, a la de la version de "Satisfaction" de Otis Redding, esa apologia del ritmo que no deja de decirte "puto blanquito, metete tus melodias por el culo, el ritmo lo es todo".

Lei en una entrevista a los Animal Collective, que ellos consideraban personalmente, que las estructuras ritmicas de una cancion les enganchaban mas que las melodias de esta. No creo que necesariamente siempre haya de ser asi, pero considero igual de importante el ritmo que la melodia o la armonia. Es decir, a grandes rasgos, que los conceptos menos occidentales (aunque evidentemente en toda musica occidental el ritmo tiene una gran importancia) son igual de importantes que los que consideramos mas caracteristicamente occidentales. Un ritmo puede ser tan adictivo como una melodia pegadiza. Tambien Andy Summers (Police) en sus memorias "El tren que no perdi", meditando sobre ciertas enseñanzas budistas e incluso artesanales (el escultor que "encuentra" una figura en una bloque de piedra), llega a la conclusion de que la maestria del musico consiste en modificar el tiempo, alargandolo o contrayendolo.
Como ya he dicho, odio ese topico de la falta de canciones clasicas de los Stones en este disco. Gran parte de mis favoritas del grupo estan aqui: "Sweet black angel", "Torn & frayed", "Happy", "Shine a light", "Loving cup", la version de Slim Harpo "Shake your hips", el rock 50´s aceleradisimo de "Rip this joint" o esa magistral "Rocks off". Esta cancion me obsesiona. Podria ejemplificar por si sola, ese antagonismo entre melodia y ritmo, si no fuera por que ademas es una cancion impecablemente construida. Lo cual me lleva a insistir en otro punto: el topicazo de que es un disco grabado a la buena de Dios, improvisando. Au contraire, precisamente esa soltura con la que fue concebido, se nota en la cantidad de matices del disco. Retomando "Rocks off" es una cancion de una cantidad de detalles de produccion, similares a los que se puedan encontrar en el mas barroco disco de pop: las voces entrecruzadas de Jagger y Richards, esa efecto de phaser en la parte intermedia, etc...

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Queen "A Kind Of Magic"


Esta uno hartito de oir nombrar a fantasticas bandas ochenteras que conocian cuatro pelagatos, que cuando se baja uno su material del pajarraco, son un putisima mierda. El aficcionado es como el conspiranoico: con tal de llevar la contraria es capaz de defender cualquier mediocridad. Auspiciados por los criticos, que quiza recuerdan tan cariñosamente esas bandas por ser de los años en que aun se les levantaba sin ayuda del viagra. Que ya tenemos una edad, señores, que empezamos con historietas de abuelo cebolleta "aquellos si que eramos hombre - aquello si eran grupos" (lo mismo da), "yo estuve alli" y demas memeces para autoconvencernos, por que el oyente (o lector) a poco que sea espabilado vera que como un tipo tan obtuso como el interlocutor fue capaz de estar enterado de nada, de que alguna vez estuvimos en sintonia con lo que se cocia subterraneamente.

Existe una intrahistoria de los 80. Bien, yo defiendo que lo mas salvable de la epoca fueron precisamente algunas de las bandas mas populares y con mas ventas de la epoca. La misma mierda me parecen los Blasters o los Barracudas que Spandau Ballet o Pet Shop Boys. Yo defiendo desde aqui a U2, Rem, Springsteen o el caso que nos ocupa, los Queen ochenteros. ¿Por que este disco? por que en ningun otro he escuchado tal cantidad de tics ochenteros mejor llevados. Todo lo que nos hicieron odiar cuando crecimos y nos hicimos con un gusto "propio" (!ja!) igual al de todos los listillos y enteradillos del tres al cuarto, esta en este disco. Y lo AMAMOS.

No os voy a engañar. NO es una obra maestra, NO le pillaras totalmente el punto sino lo viviste de crio, pero ¿que puto problema hay? exactamente igual que el 90% de esta mierdosa musica que nos venden como lo mas de su epoca. Metemos el disco en la cadena y le damos al play (por que este disco, si lo tuviste en vinilo, lo vendiste o tiraste avergonzadisimo, so enterao).

"One Vision", es como un cancion de Ac/Dc, pero mejor. Con sus coros tipicos del grupo, su remanso lirico en la mitad y un monton de efectos especiales de teclado.

"A kind of magic", lo mejor que hizo en su vida Roger Taylor fue esta cancion. La linea de bajo es magistral y Freddie es un divazo. Curioso lo violenta que suena su voz en este disco.

"One year of love", no voy a engañaros, suena a lo que creian que era el soul los putos Simply Red. Pero Mercury salva la papeleta.

"Pain is so close to pleasure" es el tipico medio tiempo cachondon con voz en falsete, que vienen incluyendo desde "Hot Game". Mariconea que da gusto.

"Friends will be friends" no me gusta. El manchon del disco. Siempre la paso.

"Who wants to live forever". Como el disco, la descubri en la peli de "Los inmortales" que era el cine que veiamos de crios hasta que nos dio por decir que lo que mola es Antonioni o algun plasta similar. Yo recuerdo que la tatareaba cuando los fines de semana, nos ibamos la familia a pasar el dia en Valverde de los Arroyos. Un pueblecito muy cuco, al pie del Ocejon, con su arroyo floreciente entre los riscos y un paisaje muy similar al de las highlands escocesas (ademas, en invierno se levantaba, dada su altitud, una neblina muy sugerente). ¿La cancion? epica hasta el limite por que yo puedo. Cuando entra la guitarra, sera todo lo topico que querais, pero como mola redios.

"Gimmie the prize". Despues de la baladita, el cañonazo jarrockero. A ver que pinton jevi, puede cantar asi. Los samples de la pelicula, seran todo lo metidos con calzador que querais, pero ese solo de May jugando con los sonidos de espadazos, cuando tienes 8-9 años y no eres un puto amargado, SON LA VIDA. Y no digamos ese final..."There can be only one" (crash, el sonido de las cristaleras del edificio donde tiene lugar el combate entre Lambert y el Kurgan, explotando).

"Don´t lose your head". La voz de Freddie, como en el resto del disco, entre su potencia y la cantidad de ecos que lleva el hideputa, suena como la voz de Dios hablandote desde las montañas trayendote el mensaje divino, ¿que quereis mas?

Y el final, "Princess of the universe". Si aun os acordais, con esta cancion empezaban los titulos de credito de "Los inmortales". Y a mi me flipaba. Esos guitarrazos sonaban como los martillos que forjaron el Mjolnir, el martillo del Dios del trueno, Thor. Ese "Aqui estamos" inicial. Los coros aullantes.
Yo me escuchaba esta cancion para darme fuerzas, antes de tirar para la dehesa los colegas del barrio, arrancar una retama y liarnos a gritar "muerte a los sarracenos" y hacer un popurri de Conan, Los Inmortales y toda la mierda infracultural que almacenabamos como oro en la sesera, darnos de palos con el unico objeto de arrancarnos los ojos. ¡Por que eso es lo que haciamos los chavales en los pueblos y no a publicar fanzines o escuchar a los putos Sonic Youth, redios!

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viernes, 5 de septiembre de 2008

The Byrds "Sweetheart of the rodeo"


Uno de los discos más injustamente sobrevalorados de todos los tiempos. No hay nada que rascar aquí, no me gusta ni una sola canción. El disco no está mal como música de fondo mientras te dedicas a otras tareas, pero en una escucha atenta, se revela como la mediocridad y el enorme paso atrás, que supuso en un grupo de las características de los Byrds.
Pretenden vendérnoslo como un nuevo golpe de timón a los que tan aficionados eran los componentes del grupo angelino. Pero no puedo dejar de lamentar la enorme pérdida que supone este catastrófico trabajo en comparación con el anterior disco del grupo: los Byrds pasan de ser un caleidoscopio musical, mezclando varios estilos en una misma canción, como ocurría en "The notorius Byrds brothers", a pintar todo su nuevo disco con un mismo color en su paleta. Disco este, el ”Notorious”, del que no quedo satisfecho McGuinn, siendo lo mejor que ha hecho en su vida.

Además, ni siquiera este acercamiento al country, senda que ya recorría despacio pero con buena letra el mismo Chris Hillman, proviene de uno de los músicos originales de la formación, si no del nuevo, Gram Parsons. McGuinn demuestra una vez más que su capacidad de liderazgo consiste en precisamente, no tomar decisiones y dejar que los miembros de la banda, bien antiguos o nuevos, se hagan con el control de la dirección musical del grupo. McGuinn se ha mantenido al frente del grupo a base de exprimir el talento de sus compañeros, primero Clark, luego Crosby y Hillman y ahora su nuevo juguete, Gram Parsons. De los miembros originales es quien menos canciones memorables ha compuesto para el conjunto. Los discos posteriores a este, ya como único miembro de la formación, ya que Hillman se marcho del grupo al poco de publicarse "Sweetheart", dan muestra de que es el compositor menos dotado del grupo original. De sus mediocrísimos discos en solitarios (incluso el loado "Cardiff Rose") mejor ni hablar.

El disco se basa en canciones de Dylan “vaquerizadas” (pertenecientes a las entonces inéditas "The basement tapes" grabaciones del 68, pero no editadas de manera oficial hasta 1975), algunas canciones de Parsons, entre ellas la famosa "Hickory wind" y otras versiones de canciones del mismo género que traen los miembros del grupo más familiarizados con la música country, caso de los mencionados Hillman y Parsons y el guitarrista Clarence White.
Paradojicamente, aunque McGuinn y Hillman se deshicieron de Crosby por que este estaba tomando mucho protagonismo y usándoles casi de meros músicos de acompañamiento, en este álbum Gram Parsons se hace con el completo control del grupo. El dúo de Byrds originales, no compone una sola canción. Mientras que Parsons aporta varias, entre composiciones propias y otras que trae para ser versionadas.

Lamentable, por poner un mero ejemplo, es la incorporación de una canción tan ridícula como "The christian life" de los asquerosos Louvin Brothers.Es este un añejo grupo de country acústico formado por dos hermanos. Entre sus "hazañas" se encuentran el haber insultado a Elvis Presley por interpretar música de negros, en los comienzos de la carrera del divo. La hipocresía que destilan estos fundamentalistas cristianos es su versión original es la misma que recorre a los Byrds, mientras arengan sobre las virtudes de la vida cristiana (llevando la vida de excesos que llevaban y siendo McGuinn practicante de una filosofía oriental.

Es este un grupo de country acustico formado por dos hermanos. Entre sus "hazañas" se encuentran el haber insultado a Elvis Presley por interpretar musica de negros, en los primeros años del divo. La hipocresia que destilan estos fundamentalistas cristianos es su version original es la misma que recorre a los Byrds, arengando sobre las virtudes de la vida cristiana (llevando la vida de excesos que llevaban y siendo McGuinn practicante de una filosofia oriental). Lo peor no es solo que los Louvin Brothers tuvieran una actitud rayana con la del Ku Kux Klan, sino que son una bazofia. Como musicos y como cantantes tanto como personas.
El buen nombre que tiene el duo entre los aficcionados españoles solo se puede explicar desde la siguiente optica: hay tipos que se sienten tan avergonzados de haber nacido en un pueblo de la provincia de Albacete en lugar de ser un paleto nacido en algun agujero del cinturon biblico del sur de los Estados Unidos (ya sabeis, aquellos lugares donde tus padres son primos y en doce personas, las que forman una familia media, se pueden contar cinco piezas dentales), que caen en la actitud, españolisima, de renegar de lo patrio y caer rendido ante lo que venga de fuera, sin importar su calidad. Asi va este pais.

Por problemas legales, ya que Parsons estaba bajo contrato de otra compañía discográfica, se tuvieron que regrabar sus partes vocales, sustituyéndole McGuinn, usando las partes de Parsons como guía, que asume el papel solista. En la reedición, podéis escuchar las tomas originales con Parsons. Da exactamente igual, el resultado no mejora mucho.
Mucho más interesante que el concepto de "cosmic american music", que consistía en integrar músicas de todas las formas populares americanas en su sonido, aunque de carácter mayoritariamente country (al menos así suenan los resultados), está el camino que Elvis estaba a punto de emprender (digamos desde el "From Nashville to Memphis" del 69), que es el mismo pero en dirección opuesta: darle un aire totalmente negro a piezas country o folk. En discos como el mencionado o "Elvis country" (ya en la década de los setenta) son infinitamente superiores a este disco de los Byrds o a la carrera posterior de Gram Parsons (que es bastante más interesante que este disco con los Byrds). Lamentablemente, esta faceta de Elvis es menos popular. O bien encaminarnos hacia los discos en solitario de Michael Nesmith donde el ex Monkee realmente cumple los propósitos de Parsons, al asimilar los más variados estilos musicales para dotar de mayor riqueza a la música de raíces. Os recomiendo “Nevada Fighter” (71), “Tantamount To Treason” (72), “Loose Salute” (70) y “Magnetic South” (70).

Jeff Buckley "Live At Sin-é"



Dejando afuera las reflexiones acerca de la curiosa dualidad entre la necrófaga industria discográfica y la necrofilia del fan, los lanzamientos póstumos a veces permiten completar la imagen desenfocada del artista, como en este caso, o simplemente arañar un poco más el maltrecho bolsillo del consumidor (o ambas quizá).

Si este mismo año podíamos oír las maquetas que grababa Jeff Buckley en su dormitorio, compinchado con su compañero de grupo Gary Lucas (guitarrista de una de las ultimas formaciones de Captain Beefheart), ahora tenemos oportunidad de ver la etapa inmediatamente posterior de su carrera, documentada en el, entonces, exiguo Ep “Live at Sin-É”, ahora recuperado en una edición supravitaminada (convertido en un doble Cd con el añadido de un Dvd). Esta etapa constituye la temporada anterior a la grabación de su debut y que comienza tras la disolución del mencionado grupo de Lucas, Gods & Monsters, cuando se estableció como músico estable del café neoyorquino, Sin-É. Donde, debido a la mera necesidad de llenar el tiempo de su actuación, echaba mano, aparte de sus composiciones propias o en comandita con Lucas, a un puñado de versiones de muy diverso rango estilístico, dando pistas sobre la diversidad de influencias y la vasta cultura musical que atesoraba (rasgo en común con su progenitor) el malogrado artista.

Resulta curiosa la cantidad de referencias póstumas de Jeff Buckley que, sin llegar al expolio del legado Hendrix, se han ido sucediendo en un muy corto espacio de tiempo. Ya que prácticamente, a excepción de este Ep en su lanzamiento original, su Lp de debut “Grace”, algún single y un Ep posterior (“Live at the Bataclan”, en directo desde una sala parisina, justificado por el enorme aprecio que desde un principio mostraron a Jeff en el país vecino), todo el ancho de su catálogo es póstumo (y ya van unos cuantos discos).

?Eran todos estos lanzamientos necesarios? ¿Se hubiesen producido de seguir el músico con vida? No nos preocupemos de esto y aprovechemos la limitada, en volumen que no en calidad, herencia de uno de los artistas más personales de los 90. Dotado de unas cualidades musicales vastísimas, empezando por una voz amplísima, sobrenatural, espectacular sobre todo cuando recurre a los registros agudos (capaz incluso de “rozar” territorios relegados a las sopranos de colatura) y de una expresividad casi milagrosa. Aparte de este asidero primigenio que causa en el oyente una voz bien timbrada, hay que entrar a valorar al Buckley compositor, de una diversidad y una cantidad de recursos que no se han dado mucho estos últimos años y entrar sin más a por el Buckley resultado de todo esto: el creador. Es uno de esos escasos músicos, que utiliza la música popular (y no solo esta) como vehículo expresivo, y no como doctrina que debe perpetuarse (¿por qué? ¿para qué?) sostenida en unos modos y clichés repitiéndose ad eternum.


En las canciones de Buckley, en algunas de las suyas (las buenas) o de las que hace “suyas”, el alma del artista y la del oyente si éste tiene el valor de mirarse reflejado en el artista y acompañarlo en su salto al vacío sentimental, es transportada al lugar donde el peligro aguarda en forma de sonidos, donde el sonido te lleva a lugares que son recuerdos, buscando el refugio de roces perdidos y el consuelo de rostros desdibujados, un viaje que se promete plácido… hasta llegar al último fracaso, el que jamás nadie es capaz de detener, aun en la particular sala de proyección que es la memoria de cada uno. Entonces es arrojada, cual barco de papel en medio de maelstrom e incapaz de salir por sí misma, aún ofreciendo, tras la lujuria elemental desatada, un refugio de equilibrio oriental, ¿qué quizá indica la placidez de la muerte? como en “Grace” (la canción) con ese final tan suave, tras esos remolinos que producen las descargas eléctricas de la instrumentación anterior, o sin saber detener el flujo de sensaciones se precipita a un abismo de ruido blanco, como en “Eternal life”… o permanece ausente y velada, como en esas notas finales elevándose, cortadas antes de su finalización, como si pertenecieran a un eterno lamento, de su versión de Britten. Canciones para naufragios emocionales.

Entrando en los contenidos de esta doble edición, resulta revelador verle acometer algunas versiones, como ese “Night flight” zeppeliano, del primer disco del que el músico guarda recuerdos, regalo su padrastro, el “Physical Grafitti”. Su voz se ha comparado a la de Robert Plant y si bien algunas inflexiones vocales son muy similares (curiosamente, ambos cantantes son admiradores del milenario canto pakistaní qwaal y entre el amplio abanico estilístico que muestran las versiones de este disco, se incluye una de su máximo embajador, Nusrat Fateh Ali Khan, uno de los mayores ídolos de Jeff), en la voz de Jeff no observamos esa felina sexualidad del vocalista de los Zepp. Allí donde Plant es un súcubo exigiendo sexo, Jeff es un andrógino ángel implorando amor. Otra canción de la que se adueña perfectamente es del clásico de Johnny Mathis, “The twelfth of never”, un adelanto de cómo haría suyas con tanta facilidad canciones como “Hallellujah” o “Lilac wine”, que han tenido interpretaciones tan fascinantes como las de Leonard Cohen y John Cale o Nina Simone, respectivamente. Por cierto, ya que se menciona a la Simone, aquí se incluye otra versión de una canción de su repertorio, “If you knew”, una delicatessen salida de la pluma de la misma artista. Vuelvo a insistir en la libertad con la que interpreta este material, incluso más que libertad, habría que denominarlo naturalidad, por la facilidad que tiene la música para fluir de él y es capaz hasta de recrear la mágica atmósfera en la que se gestó el “Astral weeks” de Van Morrison, disco del que aquí acomete dos canciones: “Sweet thing” y “The way young lovers do”. Se trata de larguísimas versiones, quizá algo excesivas, pero que conservan esa capacidad de evocación de un tiempo fuera del tiempo, del refugio de la niñez o de aquellos días en los que la primavera se transforma en un cálido verano (a pesar de los grandes discos otoñales, o de recuerdos situándose desde el “septiembre de nuestras vidas”, de esos en los que se nota el peso del tiempo ya acaecido como si fuera mercurio, que ha grabado Morrison), que siempre he identificado con la música del irlandés, con el que su padre fue comparado, más allá de por ser grandes amantes de la música negra, por la sensación de espontaneidad que producen sus músicas.

También se acerca a otro de los referentes de su padre en la tripleta de canciones que acomete de Dylan (el músico más representado del álbum), aunque en mi opinión, las canciones de Dylan no le acogen, aun siendo mucho más que competentes versiones, tan bien como las de Morrison o Cohen. Otras de las versiones que se encuentran en el álbum, son “Drowning in my own tears” famosa por estar en el repertorio de Ray Charles, Etta James o Aretha Franklin, entre otros, “Calling you”, “Je n´en connais pas la fin” de la inmortal Piaf, la impresionante “Strange fruit” de Lady Day (de la que existía ya una versión menos cruda, mecida por un falsete que te hace pensar en estar escuchando a la misma Holiday, que acompaña un libro-disco italiano dedicado a versar la trayectoria del músico)… realmente lo importante es como se perciben las inmensas trazas de creador de Buckley a través del material ajeno que interpreta.

También, aquí encontramos las canciones propias que pasarían a formar parte de su único disco de estudio grabado en vida, incluyendo la canción de Cohen. Sorprende, pese al exiguo acompañamiento que suena en todo el álbum, lo cerca que están estas versiones de las versiones definitivas que grabaría en “Grace”. Desde ese acercamiento a la capacidad de mutabilidad, tanto rítmica como estructural, del jazz inserto en el rock de la época (que también había definido la música de su padre cuando dejó de ser un cantante folkie para adentrarse en su muy personal mundo) que supone “Mojo Pin”, conducida por los melismas de la voz de Buckley, a una “Grace” que suena ya muy viva sin los complejos arreglos de su versión en estudio. Destacan también la crudeza de “Eternal life”, que no llega a la crudeza decibélica de su version “eléctrica” en vivo, así como la más sencilla “Last goodbye”, donde se puede ver con más claridad el toque de “americana” que en la versión del álbum o la sombra de Dylan en la balada de potencial radiofónico “Lover you should´ve come over”.

Como avanzaba en las primeras líneas de esta crítica, poco importan las condiciones en las que haya aparecido este doble álbum, pues contiene muchos momentos de buena música que agradarán al aficionado. Al neófito en el personal mundo del músico, le sigo emplazando a la escucha de “Grace” como primera toma de contacto con Buckley.

ENLACE DE DESCARGA:
http://www.megaupload.com/es/?d=Q1ESTTDI

Pearl Jam "Ten"


Durante un tiempo, de adolescente, estuve muy fascinado por el sonido de este disco, del "Ten" y de las dos excelentes canciones que metieron en la banda sonora de la purulenta "Singles" (Cameron Crowe), "State of love & trust" y "Breath" . Quiza estaba yo en un periodo muy mesianico (escuchaba a los Doors y a U2 a todas horas), pero el caso es que mas que engancharme, me impresionaba e intrigaba el sonido del disco, que no se muy bien porque, aun sigo relacionando con conceptos tales como "American ghotic" y obras que expresaban esa concepcion de manera "actual", como la serie "Twin Peaks" (David Lynch), el comic "Arkham Asylum" y otros tebeos como algunos de de Frank Miller. La verdad, aun sigo sin tener claro que demonios es el "gotico americano", pero el desconocimiento no es obice para que mi mente cavilase por donde bien le pareciere y tendiese tales analogias: Pearl Jam, a pesar de ser bastante asequibles para mi poco acostumbrado oido y contener esa excitacion expresiva propia de la juventud, sonaban como desde una dimension opresiva y oscura, como en la humedad de uno de esos bosques opresivos y exhuberantemente verdes que crecen en Seattle, como de un lugar parecido a la portada de "Murmur" de R.E.M. Tenian para mi algo, al menos aparentemente, oculto que me resultaba atrayente.

La critica especializada los rechazo por comerciales y supongo que por su exito masivo, por ese sentimiento un poco snob que tenemos todos de criticar lo que es apoyado por la chavaleria (a la que suponemos inexperta y facilmente impresionable, lo cual no es del todo incierto si hago memoria de mi mismo en esos tiempos), mientras creemos que hay grupos que se lo merecen mas y estaban antes. Este sentimiento muchas veces se vuelca en un odio exhacerbado e injusto. La otra prensa, la (o influida por) inglesa, que echan pestes y culebras de todo lo que se acercase al (hard) rock setentero, establecio absurdas comparaciones (¿Bad Company? ni flores). Aunque estos debates sobre si un grupo es comercial o no (de hecho, ¿todos se dedican a vender discos, verdad?) me dan bastante pereza, pero no creo que Pearl Jam fueran mas comerciales que Nirvana, pongamos. Me explico: considerando a estos ultimos (injustamente pero por abreviar) como mero epigono o franquicia de los Pixies tenian mas posibilidades para triunfar que un grupo como Pearl Jam con influencias supuestamente mas alejadas en el tiempo. La escena de Boston llevaba mas tiempo cociendose, era de sonoridades mas contemporaneas, el publico estaba mas predispuesto (aunque fuera por mera "costumbre" al sonido) y aunque Pixies no estaban en primera division en cuanto a ventas, si ocupaban un destacado puesto en "segunda". Mismamente muy por delante de por ejemplo, los Melvins, por citar a un grupo con influencias setenteras como Pearl Jam, en su caso de los Sabbath, entre otros ( aunque si, evidentemente, la musica de Melvins es mucho mas arisca para el gran publico que las de los de Vedder & cia.) Aun asi, despues de todo lo dicho, parece ser que Pearl Jam supero en ventas a los mismos Nirvana.

Sin ser algo novedoso, si me parece que era original o al menos personal. Si me tuviera que arriesgar a establecer a una comparativa, diria que sonaban como hard rock pasado por el tamiz oscuro y ruralmente extraño (otra vez el gotico) de los primeros R.E.M. Si he de ser sincero, cuando los criticos comparaban la voz de Vedder con la de Stipe, no lo entendia. Aunque claro, el Stipe que yo conocia entonces era el mas "domesticado" de discos como "Out of time" o el majestuoso "Automatic for the people". Si que hay un punto de conexion entre ambos, sobretodo con el Stipe mas paroxistico e inmediato de "Life´s rich pageant". Los gritos y sonidos onomatopeyicos de Vedder (que a veces me recordaban a los cantos de los nativos americanos, confirmandose esa impresion de engarce con las raices y de ser complice de algo chamanico y oscuro...era joven e inocente, declaro para mi descargo y escuchaba demasiado a Jim Morrison), tienen correspondencia con la voluoptosidad vocal del Stipe de ese album. Aunque estrictamente musical, quiza las comparaciones con los de Atlanta tendrian mas sentido con el siguiente album, "Versus", con alguna cancion (como "Glorified G") que es puritito R.E.M.