domingo, 12 de octubre de 2008

Tim Buckley "Greetings From L.A." (1972)


El hombre y su increíble voz (de una vastedad de cinco octavas). El hombre sumergido en una celebración del amor físico dando suerte a un sudoroso funk que ya había anticipado en "Starsailor" (1970). El hombre que parte de que ninguna estrella del rock ha dicho nada interesante acerca del sexo, ni Mick Jagger, ni su amigo Jim Morrison (convivieron dos meses juntos) y se entrega a la labor.

Buscando información sobre el álbum he llegado a leer que este álbum es su "Let´s Get It On" (1973). Puede que tematicamente se parezcan, pero en nada tiene que ver el maravilloso funk satinado de Marvin Gaye con este disco que desprende sudor y rudeza (ademas, de que el disco de Gaye aparecio un año despues). Esto va de follar, no de esa expresión babosa e inexistente en español que es "hacer el amor" (chusca y literal traducción del "make love" ingles). Una vez se demuestra la poca amplitud de miras y la excesiva mentalidad anglosajona de la critica. En todo caso este disco, muy tangencialmente, tendría que ver con el soul sudoroso de Memphis (Stax y Hi). Aun así, lo que encontramos en este disco es una suerte de funk latino, similar al que se había gestado en Nueva York, en el encuentro de la cultura africana y la latino americana (cubana principalmente, que ya llevaban en su música raíces negras). No solo de libertad sexual habla este album, sino tambien de libertad musical. Recorriendo el album una sensacion de improvisacion similar en fondo (que no en forma) al "Astral weeks" de Van Morrison, por buscar un referente anglosajon.

Aunque, contradiciendo esas influencias latinas, se abre con un boogie perezoso y vacilón, con su piano honky tonk, "Move with me" donde Buckley canta en un tono nasal y socarrón acompañado de un coro de voces femeninas. Me encanta cuando al final Tim alza la voz hacia esos registros acrobáticos de su impresionante voz. Ya en "Get on top" se encuentran esas influencias del mencionado nuyorican soul. Como dije en la reseña de Springsteen, esta pieza influyo al de New Jersey: como puede comprobarse si se atiende a ese ritmo serpenteante, sostenido más por el piano electrico que por la sección rítmica, las congas y ese final acelerado. Tim Buckley es el Charlie Parker de los vocalistas. Su voz aulla, gime, toma distintos timbres, sube y baja como el frenético saxo de Bird. Tratar de seguir su recorrido mirando la letra de la canción es una tarea tan futil como haberle pedido a Parker que se ajustase a la partitura. La mirada de ambos va más alla de notas y tradiciones musicales. Estan en conexion con fuentes paganas y primitivas.

En racha, Buckley enlaza con otra pieza impresionante, "Sweet surrender". A mi me fascina ese sonido reptante de los violines, alejados de cualquier tradición occidental. Y la voz de Buckley que va de un tono grave a unos espeluznantes saltos en la sección aguda, creando un efecto fabuloso en esa parte final junto al glissando de las cuerdas. "Nighthawkin´" retoma los sonidos y el vacile sexual de "Move with me". Por citar otro momento impresionante de su voz, fijaos en cuando repite el titulo de la canción en un falsete fuerte a lo Robert Plant. Buenas guitarras meten aquí. "Devil eyes" parte de los postulados de "Get on top" y es tan buena como esta. El ritmo es más pausado aquí y el organo caracolea alrededor de ritmos circulares. Tim aulla y la cancion se detiene, para dar paso a una sección de improvisaciones locales: lanzando aullidos al horizonte, chillando como un macaco en celo o acompañando a las congas en sus ritmos de vudu.

"Honk Kong blues" es la unica que no me gusta, un retorno a sus baladas más autistas pero con resultados menos satisfactorios. Pero no importa demasiado, por que aqui llega "Make it right". En este disco de siete largas canciones, exceptuando a la descastada "Honk Kong blues" todas las canciones se entrelazan de dos y dos, compartiendo sonidos e inspiracion: "Move with me" y "Nighthawkin´", "Devil eyes" y "Get on top" y por ultimo, "Sweet surrender" y "Make it right". En mi distorsionada mente musical hermano esta cancion con "The confession" de Laura Nyro, quiza por las cuerdas que dan un tono crepuscular a ambas o por ese riff de guitarra acustica tan folkie. La demostracion vocal de Buckley adquiere sus tintes más salvajes, aullando como un lobo o recreando ese chillido agudo de la tradicion vocal (femenina) arabe.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tenía razón pollomike: estupendo blog, ante tanta erudición da un poco de corte decir nada...
La verdad es que sólo conocía al Tim autista, así es que gracias.
Saludos

Bonnie Parker

Travis Brickle dijo...

Gracias Bonnie. La verdad que me interesan mmas las opiniones de la gente que la erudiccion. Trato de informarme para no meter (mucho) la pata, pero no le doy tanta importancia. Y algunas de mis comparaciones son muy criticables, pero son personales.

El Tim Buckley autista tambien chana mogollon, por cierto.