miércoles, 22 de octubre de 2008

Sir Douglas Quintet "Mendocino" (1969)


Pues esto del country rock texano es muy similar en espíritu a la rumba catalana, a los palos más alegres del flamenco o a las jotas aragonesas. Desprende una alegría de vivir a la vez que una tristeza existencial muy emocionante. Doug Sahm al igual que Michael Nesmith, le da cien patadas al omnipresente Gram Parsons. El estilo de Doug es más sencillo y directo que el de Nesmith, al menos en este disco (que cuando le da por rendirle homenaje a Miles Davis tiene su miga) pero es igualmente soberbio. Y esta lleno de detalles sonoros que le convierten en algo de su época y le alejan de una mera recreación de glorias pasadas. Lo que ocurre que el chaval es tejano y eso pesa mucho.

Bien, esta maravilla de disco comienza con la canción que le da titulo al álbum, "Mendocino". Ese órgano feriante os puede recordar en esencia al carácter que recorría el "Veneno" (1977). Ya en "I don´t want" el jolgorio deviene en un baladon sureño. Esa guitarra fronteriza que Ennio Morricone usaba en sus bandas sonoras de spaghetti western. Sahm se marca un solo muy bonito a mitad de canción, muy sencillo, creando variaciones sobre la melodía principal. Tambien se marca un punteo guapo al final, ocupando un canal del estereo. "I wanna be your mama again" no fue versionada por Mott The Hoople en su album de debut como si ocurrio con "At the crossroads", pero sirvio de inspiracion para su propia "I wish I was your mother". Tiene un algo muy viril en la voz de Doug, muy del lejano oeste o digno de la masculinidad de un cantaor flamenco o un torero. Aunque su voz encaje a la perfeccion en temas de inspiracion country, es una voz de soulman. Lo mismo que estan haciendo musicos como Solomon Burke o Joe Simon, es decir, cantar canciones country llevandolas al soul, lo hace el. Aunque con una ligera diferencia: el acompañamiento de Doug es más tradicional (para algo es de Texas). Aunque ojo, en este misma "I wanna be your mama again" mete una guitarra reptante a lo Tony Joe White.

"At the crossroads" es facil de definir: gloriosa. Es curiosa la produccion del disco. Suena a veces muy opaca, sobre todo la voz de Doug que parece raspar como lija y estar grabada lejos de donde suena el resto de instrumentos. En esta cancion podemos escuchar un organo a lo Al Kooper, he incluso en algun fraseo de voz, Doug parece el Dylan de "One of us must know" (de su "Blonde On Blonde"). Pero Dylan nunca podria con esos tonos de soulman desaforado de Doug cuando canta roto con toda la emocion del mundo "Someday a change will come/ And you´ll be beside me one more time/ One more time". Tambien contiene la reivindicacion sureña de "You just can´t live in Texas/ If you don´t have a lot of soul" (fijaros en que sonido más molon saca Doug de su guitarra tras este verso). "If you really want me to I´ll go" es de Delbert McClinton. Ya sabeis, el hombre que enseño la tocar la armonica a Lennon. Es la más floja del disco. Pero no preocuparse "And it didn´t even bring me down" vuelve a elevar el nivel del disco a lo más alto. Aqui participa de manera soberbia Frank Morin con unas lineas de saxo que es imposible no tararear cuando las escuchas. Es una composicion pegadiza y de caracter alegre.

Más orgullo paleto (o redneck) de ese que gusta tanto a personas asilvestradas como el que os escribe en la cachonda "Lawd I´m just a country boy in this great big freaky city". Con un titulo como podeis ver, digno de nuestro baturro universal, Paco Martinez Soria. Cachondeo a raudales y esas conexiones psicotronicas con nuestra musica popular las podeis observar en las imprecaciones de animo que interpela Doug a la banda y al oyente. Y un piano digno de la casa de peor reputacion donde se toque barrelhouse. Ese sano cachondeo se mantiene en la revision acelerada del mayor exito del grupo: "She´s about a mover". Esta cancion habia salido como single en el 66, cuando Doug escucho a los Beatles y dijo "Copon, pero si estos chavales tocan country". El tio ni sabia que eran britanicos hasta que se informo. Asi que se dijo asimismo que un chavalote de Texas podia hacer frente a la invasion britanica el solo. Asi que compuso este rhythm & blues con pinceladas tex mex. No es una composicion muy original por su melodia, ya que segun la escucheis pensareis que la habeis oido bajo otro nombre miles de veces, sino por su indisioncratico ritmo cajun. No muy diferente a mucha de la musica que podias escuchar en aquella epoca en Texas o Louisina, pero si muy original respecto a los ritmos de los discos de rock y ese organo genial de Augie Meyer. Como os dareis cuenta al escucharla la cancion tiene una importante deuda con el "What I´d say" de Ray Charles de quien Doug tomo su estilo vocal, pero al final de cada verso, la progresion armonica es muy diferente al de los doce compases tipicos del blues.

Esta version esta más acelerada respecto a la original. La voz de Doug suena mas tomada que nunca y se casca uno de sus caracteristicos solos al volumen once de su instrumento. Tras avisarnos, eso si, que el chaval aunque rural es educado "...this freaky guitar playing". En "Texas me" se luce con el fiddle (el violin tipico del country) con ese sonido engordado con eco y regrabado en varias pistas. "Oh baby it just don´t matter" cierra el album. La voz es tan ronca y velada (tambien muy soulera) como en "She´s about a mover" pero el ritmo es más duro, más rockero que en cualquier otra pieza del disco. Y se despide con un solo que me recuerda al Robbie Krieger de "Five to one" mezclado con aires a lo Hendrix.

En los extras, aparte mezclas distintas de "At the crossroads" y de "Texas me", tenemos varias canciones ineditas. La mayoria son muy deudoras del Dylan de "Highway 61" y "Blonde On Blonde": ritmos simples donde Doug inserta sus letras rurales. Pero la joya es ese "Sunday sunny mill valley groovy day" una cancion que puede alegrar el dia a cualquiera. Tras ese estribillo delicioso, el organo se marca unas notas que parecen compuestas por Alguero, Santiesteban, Manuel Alejandro u otro genio de nuestra musica lounge. El tipico organo de canción playera pero infinitamente mas acertado y gracioso. Tras los siguientes estribillos el organo es acompañado de la voz cruda de Doug cantando unos "lalalalas" maravillosos. Tambien hay que destacar esos sonidos de guitarra que suena como si fuera una mandolina que el gran Doug saca a su guitarra.

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