viernes, 17 de octubre de 2008

The Doors "Morrison Hotel" (1970)


La portada ya rompia con la tradicion de las cubiertas de los Doors, por primera vez aparecia en un color (amarillo) vivo. El single de adelante "Roadhouse blues" daba la impresion de que se habian pasado al hard rock. Bien, es su disco más eminentemente ritmico (Densmore lo gozaria) y el se alejaban de los aires desconcertantes de "The Soft Parade" (1969) para retomar las raices blues del grupo, que tendrian su continuación en "L.A. woman" (1970). En mi podium personal este disco y su debut, comparten el primer puesto. O sea, que estamos hablando de uno de los mejores discos de rock de todos los tiempos.

Hay algo magnetico en la voz de Morrison. No estoy descubriendo nada nuevo, pero es curioso que su voz tenga un tratamiento más similar a la que tendria un cantautor, que a la de un grupo de rock al uso. Su voz siempre en primerisimo plano. Su voz que te atrapa, te sacude y te transforma accionando algun oscuro secreto de tu subconsciente. Esto es rock & roll, esto es vudu. Su voz increiblemente violenta. Ningun otro cantante blanco ha conseguido dotar de esa sensación de violencia a sus interpretaciones. No necesita gritar o poner voz de orco de cuento (vease, el 99% de cantantes de jevi metal y epigonos) para sugerir violencia. Incluso en sus interpretaciones más aterciopeladas hay una corriente subterranea de tension apunto de estallar. Si le comparamos con Robert Plant, ese sucubo malefico que exige sexo, la voz de Morrison, aun preñada de sexualidad (más viril que la de Plant, por su timbre) tiene una exigencia más alla del calenton sexual, una profunda insatisfaccion vital.

El titulo tambien era paradigmatico de que Morrison se ponia al timon y alejaba al grupo de los revoloteos de metales del anterior elepe, que respondian a la mano de Krieger. La antigua figura de los Doors esta presente en "Waiting for the sun", "The spy" o las deliciosas baladas que incluye; "Blue sunday" e "Indian summer". De hecho, aunque prueben cosas nuevas en este elepe, las dotan de un sonido tan Doors que ensambla todas las piezas.

Los aires de boogie sureño a lo Canned Heat de "Roadhouse blues" abren el elepe. La letra incluye una cita a su amigo Alice Cooper (que por entonces no le conocia ni dios). Manzarek toca un piano digno del mejor barrelhouse de la ciudad, Densmore demuestra que es un batería infravalorado y el grupo ruge como el mejor grupo de blues blanco del mundo. Pocos cantantes blancos han cantado blues como Jim. En ella participa John Sebastian de los Lovin´Spoonful, tocando una armonica al más puro estilo del blues de Chicago.
El teclado y la slide se trenzan para crear una atmosfera digna del himno de batalla de Morrison que es "Waiting for the sun". Increible que con unos sonidos tan frios en apariencia nos conduzcan hasta el verano californiano. De repente la pieza, que tenia un acompañamiento espartano (no en cuanto a instrumentacion, sino que no se dedicaban a llenar el espacio sonoro lanzando notas y notas) suena más densa, sin darnos cuenta.
Fijaros en ese teclado de Manzarek que acompaña la voz de Jim cuando canta "This is the strangest life I´ve ever have know". Jim grita y el fondo instrumental se retuerce hasta que el slide de Manzarek vuelve a poner el orden. Que compenetracion existia entre la voz de Jim y sus acompañantes.

"You make me real" es un clasico instantaneo. Densmore marca el ritmo de rock como un titan. Krieger toca un riff sucio a la velocidad que marca la acelerada seccion de ritmo y Morrison demuestra que podria haberse ganado la vida de haber nacido en los años 40, ser negro y dedicarse al rhythm & blues. En "Peace frog" continuan las sorpresas. Esta vez le dan cancha a un funk sureño y pantanoso. Incluso Morrison mete un fragmento de poesia declamada y queda genial. Para descansar un poco, una lenta "Blue sunday", muy apreciable, aunque oscurecida por la genialidad que cierra el disco. En "Ship of fools" continuan experimentando con esa sección ritmica más propia de una cancion funk en una estructura de rock teñido de blues.

"Land ho!" es otra de las mejores canciones de los Doors (este disco esta lleno de ellas, advierto) y otra curiosa mezcla musical y lirica. Una historia de piratas digno de "La isla del tesoro" de Stevenson encajada en una estructura musical mitad balada irlandesa, mitad blues. El fragmento instrumental tras la segunda estrofa, donde relajan el tiempo y la guitarra de Krieger mete un delicioso fraseo bluessy, mientras el fondo ritmico toma un sonido similar al de unos tambores arengando a los remeros, es una genialidad.

"Tuve tres barcos y sesenta hombres
En rumbo por puertos ignorados
Permanecere junto al mastil. que soplen los vientos del norte
Hasta que la mitad de nosotros haya muerto
!!!Tierra a la vista!!!"

El final se acelera mientras la voz de Jim se vuelve más oscura, corriendo por su sangre la estirpe de sus antepasados irlandeses, un pirata borracho de sangre y alcohol.

Es "The spy" una pieza a medio camino entre los más tradicionales Doors y los nuevos aires (aunque eston supongan una simplificacion de su abstracto y original sonido) de este disco. Alcanza esa cualidad arcana desde un lento blues que marca el camino de "L.A. woman" (vease "Car hiss by my window"). La canción tiene un algo atemporal, como suspendida fuera del tiempo. A mi me emplaza mentalmente a las novelas de Mark Twain, con un barco de vapor recorriendo el Mississippi. En la jazzy "Queen of the highway" continuan los experimentos entre el relajamiento jazzistico y la mayor energia del blues y el rock, con esos cambios de tempo bruscos como en "Ship of fools". Manzarek toca un hammond con mucho groove (esa seccion final). "Indian summer" es la más delicada cancion lenta de Morrison junto a "The crystal ship" y "End of the nigth" (ambas de su debut). Ese extraño riff raga que suena al principio, como si hubieramos entrado en una canción que estaba sonando anteriormente. Raudo, Krieger nos reconduce con unas lineas muy liricas, sobre las que se asientan las percusiones de Densmore y Manzarek toca su organo al fondo, coloreando delicadamente la cancion. La delicada pero viril voz de Morrison me recuerda al Dennis Wilson de "In the back of my mind".

"I love you, the best
Better than all the rest
Than I meet in the summer
Indian summer"

Y para finalizar el disco, la canción más sucia (sonoramente) de la carrera de los Doors, la encantadora "Maggie McGill". La voz de Morrison suena con la ronquera con que interpretara el disco posterior a este. Ronca y borracha, como la de un gran bluesman. Borracha de alcohol, de lujuria y de desprecio por las convenciones sociales. El tiene la sabiduria pagana del bluesman, del hombre africano que domesticaba la naturaleza mientras el hombre blanco aun estaba en pañales.

"Well I'm an old blues man
And I think that you understand
I've been singing the blues ever since the world began"

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1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bacano tu Blog. Me sorprende mucho Morrison y su Clan, porque en el corto tiempo que estuvieron juntos hicieron verdaderas obras maestras. ¿Sabes si Morrison era un Bluesman?