Los dos primeros discos de Gene Clark en solitario que escuche fueron "White Light" (1971) y "No Other"(1974), que no podían ser más distintos. Mientras "No Other" es un disco sobreproducido, aunque Gene supo manejarse como director musical en un proyecto tan complejo, "White Light" muestra las canciones limpias de polvo y paja, en su esencia, incluso muestra su esqueleto, ya que algunas canciones parecen ser simples esbozos.
Ya en sus canciones para los Byrds había mostrado una sutileza inusitada en una persona tan joven. Si bien en los Byrds esa profundidad era mesurada por el empuje juvenil y animoso del conjunto. En solitario, Gene Clark suena más triste, menos enérgico, más desolado.
Esa desnudez le sienta bien, ya que sus construcciones armónicas y melódicas poseen unos cambios muy sutiles, como si se mostrase inspirado por los impresionistas franceses. No quiero decir que Gene Clark estuviera influido por Ravel o Debussy o que participase de sus complejas estructuras, pero por alejados que parezcan estar entre sí, tanto Clark como los músicos franceses, muestran una actitud hacia la melodía similar en sus propósitos (más que en su parecido formal): solo hacen caso a su instinto y a su oído.
En este disco la sutileza de Clark es aun más extrema, lo que nos pide también mayor esfuerzo al oyente. Puede parecer monótono en primeras escuchas, pero si nos internamos en el prestando la debida atención, la recompensa valdrá la pena. La exhibición sentimental (que no lastimera ni empalagosa) del cantante, es conmovedora y valiente. De esas que demuestran que la fuerza y la sensibilidad no pueden, sino que, tienen que ir unidas de la mano.
En este disco producido por el fenomenal guitarrista nativo americano, Jesse Davis que interpreta las guitarras eléctricas del disco (las acústicas son de Gene), podemos encontrar básicamente folk y country, sin saber dónde termina uno y empieza el otro, como vasos comunicantes. Pero son únicamente las arcillas con las que Clark construye sus canciones (como ya he dicho, Clark es un músico intuitivo) y no están exentas de "intoxicaciones" de otros estilos musicales. Como el coro góspel de "One in a hundred", mi favorita del disco junto a "1975". Con que dulzura se deslizan las cuerdas vocales de Clark sobre la melodía de "One in a hundred" con esas suaves subidas de tono donde la voz parece desvanecerse cada dos estrofas. Podría seguir cantando lo mismo durante diez minutos y no nos importaría. "For a spanish guitar" es otra magnifica canción, muy melancólica y en la mencionada "1975", Gene le da espacio a Jesse Ed Davis para que se suelte un poco con la guitarra, siendo la canción más electrificada del álbum. Este disco próximo a la sensibilidad de Nick Drake persigue y encuentra lo que Neil Young intento buscar en "Harvest" (1972) y no consiguió, perdido entre ampulosas orquestaciones que arrebataban los instantes íntimos que parecía perseguir.La edición del 2002 contiene varios extras. Una deliciosa versión acústica del clásico "Stand by me" de Leiber y Stoller para Ben E. King, dotándolo de aroma campestre (e incluso de unos bongos hippies), la única versión del álbum junto al "Tears of rage" de Dylan (pero está incluida en el material original del álbum), una mezcla distinta de "Because of you" y tres canciones inéditas.En definitiva, uno de los grandes discos de Gene Clark en solitario. Aunque a mi parecer, a pesar de la gran altura que rozo en su carrera a solas, jamás volvió a encontrar la magia que sus compañeros en los Byrds sacaban de sus canciones. Es un tópico, pero es también una tremenda realidad que dos personas (o cinco, como era el caso) trabajando en la misma dirección son mucho más que la suma de dos, o la suma de varios trabajando cada uno por su lado.
*Echadle una oreja a "Ululu" (1972), el tío no canta muy bien pero tiene un estilo muy especial como guitarrista - sin florituras, eso sí-, que también podréis comprobar en el disco con Clark, el tema que da título al disco está a la altura de lo mejor del "All things must pass" (1970) de George Harrison y el resto del disco es estilo a los tres primeros del Taj Majal.
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Ya en sus canciones para los Byrds había mostrado una sutileza inusitada en una persona tan joven. Si bien en los Byrds esa profundidad era mesurada por el empuje juvenil y animoso del conjunto. En solitario, Gene Clark suena más triste, menos enérgico, más desolado.
Esa desnudez le sienta bien, ya que sus construcciones armónicas y melódicas poseen unos cambios muy sutiles, como si se mostrase inspirado por los impresionistas franceses. No quiero decir que Gene Clark estuviera influido por Ravel o Debussy o que participase de sus complejas estructuras, pero por alejados que parezcan estar entre sí, tanto Clark como los músicos franceses, muestran una actitud hacia la melodía similar en sus propósitos (más que en su parecido formal): solo hacen caso a su instinto y a su oído.
En este disco la sutileza de Clark es aun más extrema, lo que nos pide también mayor esfuerzo al oyente. Puede parecer monótono en primeras escuchas, pero si nos internamos en el prestando la debida atención, la recompensa valdrá la pena. La exhibición sentimental (que no lastimera ni empalagosa) del cantante, es conmovedora y valiente. De esas que demuestran que la fuerza y la sensibilidad no pueden, sino que, tienen que ir unidas de la mano.
En este disco producido por el fenomenal guitarrista nativo americano, Jesse Davis que interpreta las guitarras eléctricas del disco (las acústicas son de Gene), podemos encontrar básicamente folk y country, sin saber dónde termina uno y empieza el otro, como vasos comunicantes. Pero son únicamente las arcillas con las que Clark construye sus canciones (como ya he dicho, Clark es un músico intuitivo) y no están exentas de "intoxicaciones" de otros estilos musicales. Como el coro góspel de "One in a hundred", mi favorita del disco junto a "1975". Con que dulzura se deslizan las cuerdas vocales de Clark sobre la melodía de "One in a hundred" con esas suaves subidas de tono donde la voz parece desvanecerse cada dos estrofas. Podría seguir cantando lo mismo durante diez minutos y no nos importaría. "For a spanish guitar" es otra magnifica canción, muy melancólica y en la mencionada "1975", Gene le da espacio a Jesse Ed Davis para que se suelte un poco con la guitarra, siendo la canción más electrificada del álbum. Este disco próximo a la sensibilidad de Nick Drake persigue y encuentra lo que Neil Young intento buscar en "Harvest" (1972) y no consiguió, perdido entre ampulosas orquestaciones que arrebataban los instantes íntimos que parecía perseguir.La edición del 2002 contiene varios extras. Una deliciosa versión acústica del clásico "Stand by me" de Leiber y Stoller para Ben E. King, dotándolo de aroma campestre (e incluso de unos bongos hippies), la única versión del álbum junto al "Tears of rage" de Dylan (pero está incluida en el material original del álbum), una mezcla distinta de "Because of you" y tres canciones inéditas.En definitiva, uno de los grandes discos de Gene Clark en solitario. Aunque a mi parecer, a pesar de la gran altura que rozo en su carrera a solas, jamás volvió a encontrar la magia que sus compañeros en los Byrds sacaban de sus canciones. Es un tópico, pero es también una tremenda realidad que dos personas (o cinco, como era el caso) trabajando en la misma dirección son mucho más que la suma de dos, o la suma de varios trabajando cada uno por su lado.
*Echadle una oreja a "Ululu" (1972), el tío no canta muy bien pero tiene un estilo muy especial como guitarrista - sin florituras, eso sí-, que también podréis comprobar en el disco con Clark, el tema que da título al disco está a la altura de lo mejor del "All things must pass" (1970) de George Harrison y el resto del disco es estilo a los tres primeros del Taj Majal.
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3 comentarios:
No Other es una maravilla,este no le he catao,voy a ver.
Totalmente de acuerdo, pollomike. Precisamente en este momento estoy escuchando "Life´s greatest fool". Me gusta mucho este disco.
Pues a mí casi me gusta más éste que el No Other.
Tal vez porque lo escuché primero, porque está menos producido, porque es más tristón.
Por cierto, el que publicó en 1966 con los Gosdin Bros también es fabuloso. Justo al dejar a los Byrds.
Y el primero con Dillard, el The Fantastic Expedition Of Dillard And Clark es otra joyica.
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