Flamin Groovies "Teenage Head" (1971)

Dice el libreto que viene dentro, seguramente escrito por el primo de uno de los componentes del conjunto, que el mismo Mick Jagger decia que este disco era mejor que su "Sticky Fingers". Bueno, Mick siempre ha soltado muchas gilipolleces. Ni siquiera esta satisfecho con la grandeza que alcanzaron en "Exile On Main Street". El caso es que este disco de los Groovies no huele ni de lejos la grandeza de esos albumes stonianos. Que entonces, no nos olvidemos, eran los mejores en lo suyo. Imbatibles.

De hecho, el disco que nos ocupa es mucho mas interesante cuando se olvidan de ser unos Stones de segunda (versionan a Robert Johnson, meten algun tema de ese country desguazado a lo "Dead flowers" como "City lights" e incluso colabora Jim Dickinson). No dan la talla, no supuran vudu como los britanicos. ¿Y quien es el manager que obliga a los grupos a versionar a Randy Newman? Este tipejo es un bodrio. Consiguen mejores resultados cuando ese boogie estoniano vira hacia el Captain Beefheart como en "High flyin baby" o "Teenage head" (esos riffs, esa entonacion a lo Howlin Wolf). O cuando les da por recrear las producciones de la Sun (ese eco) en "Evil hearted ada" que parece "Mistery train" cantando por Charlie Feathers.

Pero el objeto de hacerse con este disco no es el material que se lanzo en su edicion original. No, eso no pasa de mera anecdota. Pero en la reedicion del 99 de Bhudda Records meten como bonus siete versiones de clasicos de los cincuenta que dan verdadero sentido a este artefacto. La version de "Louie Louie" te hace olvidar lo mucho que odias la vomitiva version que engendro Iggy Pop en los 90. Hablando de la Iguana. En "Shakin all over" tienden un puente entre los Pirates y los Stooges del "Fun House" (ese ritmo clavadito al de "Tv eye" del final). No se olvidan de recrear a Slim Harpo (!como los Stones! pero aqui si les sale), Buddy Holly, un "Walking the dog" que se pasa por el forro las versiones de los debuts de Stones y Aerosmith y un "Carol" de Chuck Berry. Este material si prende, si suena sucio, electrico, a ritmo del pantano. Al nivel de cualquier banda de rock verdadero que te puedas imaginar. Seguro que tambien ellos besaban el suelo que pisaba Mick Green (guitarrista de los Pirates, autores del "Shakin") como los Dr. Feelgood.

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Creed Taylor Orchestra "Panic" (1959)

En este disco del dueño de la discografica CTI, como el anterior de Talk Talk, tiene más interes lo que suena que la composición en si. El disco es una bizarra narración musical que pretende inocular miedo y tension en el oyente, como previniendole de los peligros que le aguardan al doblar la esquina (escapes de gas, conductores locos, ataques al corazón y cosas asi). Para ello emplea un combo de jazz y sonidos incidentales grabados ex profeso para la pieza. Es más sencillo si lo vamos escuchando y viendo lo que ocurre con algunas composiciones.

En "You´re driving me crazy" suena una especie de muelle, supongo que trata de representar a un crio cuyo comportamiento insidioso saca de quicio progresivamente durante la pieza a sus proceres. El dichoso muelle contrasta con la quietud y relajacion que transpira de la melodia de clarinete. O sea, estan los padres disfrutando de un esplendido día estival y el puñetero crio no para de hacer ruido con algun diabolico juguetito. Fijaros al final, como consigue meter tension en esa anteriormente placentera melodia, cuando entra esa guitarra que puntua al vibrafono, a la vez que la melodia de clarinete se acelera y parece desafinarse.

El sonido de una persona respirando entubado en un hospital es lo primero que escuchamos en "The operation". De este tema me gusta el sonido reverberante de la guitarra. En "Wreck of old 98" se nos narra como se le para el motor del coche a un tipo tras despedirse de su esposa. Musicalmente lo que más me interesa es el momento que "narra" la parada del motor, con unos sonidos burbujeantes de organo. "Out of this world" es la que tiene más valor musical independiente, una melodia teñida de misterio y nostalgia. Fijaros en el fondo sonoro, que al final de la pieza se hace más evidente, ¡suena como si alguien estuviera soldando el fondo de la canción! Me pregunto como demonios habra sacado ese efecto. "A shot in the dark" es otra de estas narraciones musicales mejor conseguidas. O el efecto tenso que se consigue en "No smoking" donde parece que de un momento a otro va a explotar algo debido a un escape de gas, pero....

Os advierto, no es un disco de canciones y algunas piezas son bastante ridiculas. A mi me gusta como se las ingenian para ilustrar sonoramente de tal manera que te puedes imaginar la escena y como sacan alguno de los instrumentos que utilizan de sus usos más comunes para emplearlos más para aportar colores y tensión a la musica que esperando desarrollos melodicos y armonicos de ellos. Y si os gusta el cine de David Lynch os tiene que atraer el concepto de este disco, que no deja de ser un poco "Twin Peaks" o "Blue Velvet": mostrar la basura que esconde la tierra de los sueños tras un entorno idilico.

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Talk Talk "Spirit Of Eden" (1988)

Los seguidores de este grupo suelen preferir el disco anterior, "The Colour Of Spring" (1986), donde emprendieron ese viaje desde una suerte de tecno pop sofisticado (digamos tipo Depeche Mode, aunque no se asemejen demasiado) partiendo hacia territorios musicales más orgánicos (dicho esto, como de instrumentación "real", sea lo que sea eso). A mi particularmente, "The Colour Of Spring" no me satisface, tiene momentos interesantes pero no consigue instalarse en mi memoria, ni que tenga ganas de escucharlo. Este "Spirit Of Eden" es otra cosa. Influido principalmente por Miles Davis y su etapa colaborando con el arreglista Gil Evans (aunque no solo por esa etapa, como explicare más adelante), Mark Hollis, líder de Talk Talk, decide poner en practica una idea novedosa (al menos en el ámbito de la música pop). Contrata a un montón de músicos (secciones de viento, cuerdas, instrumentistas aislados) y los graba improvisando a partir de unas premisas que el mismo Hollis les dicta. De esas grabaciones selecciona los momentos que le parecen más interesantes y los añade a unas canciones cuyas bases están grabadas por el grupo, usando una técnica similar a la que empleo el productor Teo Macero en "Bitches Brew" (1970), otro disco de Miles.

Estas secciones instrumentales no suenan de continuo durante la canción, sino que aparecen puntuando ciertos momentos, con lo cual se pasa de momentos muy minimalistas y desnudos a instantes con mayor densidad instrumental. A veces parecen estar sonando dos canciones a la vez, sin tener que ver la una con la otra, pero el resultado es sorprendente y añade una riqueza sonora impresionante. Máxime, cuando esas secciones entran en los momentos menos esperados. Es un placer ir descubriendo las sorpresas que guarda el disco.

Como decía al principio, algunos fans del grupo prefieren el disco anterior por ser un disco más enfocado a las canciones que este. A mi me ocurre lo contrario, el disco anterior no conseguía quitarse de encima ciertos tics ochentosos en el peor sentido. Este disco del 88 requiere de una escucha más atenta, es más minimalista, más debussiano, pero es infinitamente mejor.

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